“La risa es convivencia†porque “las personas que nos hacen reír nos hacen felices, no tanto porque nos hacen pasar un buen rato, sino porque cuando nos reímos, aunque las cosas estíén muy negras, todo se relativiza un poco y eso fortalece mucho el cuerpo tambiíénâ€, ha destacado la catedrática.
“La risa y el buen humor son biológicamente útilesâ€, según un informe de la UNAV que recoge las investigaciones del profesor británico Richard Wiseman y su Laboratorio de la Risa, así como estudios coordinados por López Moratalla, junto con Carlos Bernar y Enrique Sueiro, especialistas en Comunicación Audiovisual y Biomíédica, respectivamente.
“Las personas que contrarrestan el estríés con el humor tienen un sistema inmunitario sano; padecen un 40 por ciento menos de infartos de miocardio o apoplejías, sufren menos dolores en los tratamientos dentales y viven cuatro años y medio másâ€, explican los expertos.
Una sonrisa sienta bien
El sistema inmunológico tambiíén mejora con las sonrisas, las cuales asimismo pueden ayudar a frenar las enfermedades cardíacas, según este estudio recogido por la revista electrónica de ciencia Tendencias 21.
Para los expertos de la citada universidad californiana, este efecto saludable se debe a que sonreír estimula la producción de las beta-endorfinas, unas sustancias que actúan como neurotransmisores cerebrales y son consideradas como la morfina natural del organismo, dado su efecto analgíésico sobre las respuestas del sistema nervioso al dolor, además de ayudar a regular el sistema inmunológico.
Al comentar el estudio de centro universitario la Sociedad Fisiológica Americana (APS) ha señalado que no hay duda de que sonreír sienta bien, pero incluso tambiíén resulta beneficiosa la sensación previa a la sonrisa alegre, por ejemplo cuando nos disponemos a ver una película que nos gusta.
“Ambas sensaciones positivas generan efectos sorprendentes en el sistema neuroendocrinoâ€, según la APS.
Según el trabajo, con sólo anunciarles que verían un vídeo de humor, en la sangre de los participantes aumentaba en un 27 por ciento la cantidad de beta-endorfinas y en un 87 por ciento otras hormonas relacionadas con el crecimiento, comparado con otros integrantes del grupo a los que no se les anunciaba nada.