Con el diagnóstico económico del Fondo Monetario Internacional sobre la mesa y su directora gerente, Christine Lagarde, afirmando tajantemente que España debe ser "más flexible" en sus ajustes, elEconomista desgranó junto a Jí¶rg Decressin, consejero senior y mano derecha de Olivier Blanchard, economista jefe de la institución, el contexto económico que atormenta a nuestro país, que a simple vista permanece todavía en cuarentena y lejos de abandonar la Unidad de Cuidados Intensivos.
¿Cuál es su impresión sobre España? Sus previsiones no terminan de garantizar una recuperación el año que viene si se realizan más ajustes.
La situación en España seguirá siendo muy tensa. Vemos una contracción de la economía española hasta el tercer trimestre de este año y un crecimiento positivo bajo en el cuarto trimestre. Para 2014, consideramos un crecimiento del 0,7 por ciento esencialmente sin ningún ajuste fiscal más en marcha. Una vez que se acuerde un nuevo ajuste fiscal, la tasa de crecimiento será menor.
Por lo tanto, la situación de la demanda interna seguirá siendo muy difícil. Sin embargo, prevemos que el aceleramiento del crecimiento en el resto del mundo ayude al país.
¿Quíé otras medidas necesita tomar el Gobierno de Mariano Rajoy? El Fondo ya ha indicado que el año que viene serán necesarios más ajustes.
El díéficit público seguirá situándose alrededor del 6,5 por ciento del PIB en 2013, si suponemos que el Gobierno cumple con todo el ajuste previsto y el crecimiento económico continúa en línea con nuestra proyección.
Esto supone todavía un gran díéficit, además, la deuda pública será de alrededor de 90 por ciento del PIB. Este nivel no es muy importante en el contexto europeo, pero con un 6,5 por ciento de díéficit público, la deuda seguirá aumentando y eso no plantea una buena situación para España. Por lo tanto, el díéficit tendrá que reducirse aún más y esto requerirá nuevas medidas que se pondrán en marcha en 2014.
¿Cómo se puede avanzar en el ajuste fiscal sin perjudicar demasiado el crecimiento a corto plazo?
En general, los países que implementan reformas fuertes en sus sistemas de pensiones y de seguridad social, algo que proporciona un importante ahorro de gastos en el futuro, pueden permitirse un ajuste fiscal menor a corto plazo y preservar la credibilidad de los mercados.
Otra vía es continuar con las reformas estructurales para mejorar la productividad y la competitividad. Este es un desafío específico para España. Se ha avanzado mucho en este frente: la reforma del mercado laboral es un ejemplo. Sin embargo, las reformas estructurales tardan en dar sus frutos.
De acuerdo al Monitor Fiscal que elabora el Fondo, España no conseguirá, ni por asomo, los objetivos fiscales impuestos por Bruselas, ¿tiene sentido alguno imponer metas imposibles?
Si no recuerdo mal, el objetivo originalmente impuesto por la Unión Europea para España era reducir su díéficit público por debajo del 3 por ciento del PIB en el año 2014, eso parece descabellado, fuera de lugar, y tratar de lograrlo haría grandes daños a la economía. Lo que se necesita es un ajuste fiscal constante, gradual, con el apoyo a las reformas de las pensiones y la seguridad social que ayudan a reducir los gastos en el futuro.
El reciente documento de perspectivas para la economía mundial que elabora el Fondo (WEO, por sus siglas en inglíés) apunta que el paro tocará el 27 por ciento este año y sólo se reducirá en cinco díécimas en 2014, ¿no existe el peligro o el riesgo de una revuelta social?
El riesgo existe en todos los países con altas tasas de desempleo. La situación en la que España está ahora mismo con respecto a su tasa de desempleo es muy angustiante.
Sin embargo, su tasa de desempleo no es muy diferente de la tasa que sufrió a mediados de 1990. En aquel entonces, España se mostró capaz de renacer de una situación macroeconómica muy difícil. Esta vez, el regreso tiene que ser diferente. Los principales motores tendrán que ser las exportaciones y la producción del sector de bienes transables. En este sentido, será fundamental que las empresas en el sector de bienes transables cuenten con suficiente capital de trabajo y que el mercado laboral opere adecuadamente.
El funcionamiento de este mercado debe mejorar. Las reformas ya se han aplicado y tendremos que ver cómo funcionan. Si funcionan bien, el sector de las exportaciones se recuperarán de manera fuerte gracias a la aceleración del crecimiento global. Si no funcionan suficientemente bien, entonces habrá necesidad de volver atrás y revisar dichas reformas.
En caso de necesidad, ¿cómo debería España acceder al programa de compra de bonos del BCE sin ser estigmatizado?
Para que un país tenga acceso al OMT (las siglas de ese sistema de compra), necesitará acordar condiciones con sus socios europeos y, en principio, tambiíén con el FMI. La percepción que tenga el mercado dependerá en gran medida de cómo se organice tal programa.
Habrá que tener en cuenta si el país sigue financiándose con facilidad mientras se impone esa acción o, por el contrario, ha perdido el acceso a los mercados. Tenemos programas con países que no han sufrido ningún tipo de estigma como Míéxico o Polonia. Solicitaron el apoyo del FMI cuando todavía lo estaban haciendo bien, como precaución, y no fueron rechazados.