Los datos están aquí. Y reflejan la crisis fiscal del Estado. Un país como Grecia, sometido a durísimos programas de ajuste que han desplomado la actividad económica (el PIB está cayendo por encima del 6% anual), recauda más que España. Y no de forma marginal o esporádica. Muy al contrario, ingresa bastante por encima y desde hace bastante tiempo. En concreto, y según Eurostat, el Estado griego recaudó el año pasado una cifra equivalente al 44,7% del producto interior bruto (PIB). Es decir, muy por encima del 36,4% que lograron ingresar las Administraciones Públicas españolas en 2012.
En el caso griego, no se trata de una cifra excepcional vinculada a una súbita subida de impuestos el año pasado. Las cifras de Eurostat muestran que en 2009 -el año de la Gran Depresión- los ingresos públicos helenos representaban el 38,3% del PIB; un año despuíés, este porcentaje había subido hasta el 40,6%, mientras que en 2011 ya se había alcanzado el 42,4%. Por lo tanto, una evidente progresión como consecuencia de la subida del IVA y otros impuestos. Tambiíén, como es lógico, por el descenso del PIB nominal, que favorece la comparación. Grecia no es un caso único. Portugal, tambiíén con una seria crisis económica, es capaz de recaudar al año el 41% de su PIB, casi cinco puntos más que España. Incluso Italia, tambiíén en medio de una recesión tan intensa como la española, recauda el 47,7%.
No ocurre, desde luego, lo mismo con España, que pese al aumento de la presión fiscal derivada de las dificultades financieras del sector público todavía no ha llegado alcanzar los niveles de recaudación de Grecia en plena crisis. En 2009, en concreto, los ingresos públicos equivalían el 35,1% del PIB. Un año más tarde, se alcanzó el 36,6%, pero en 2011 esta proporción respecto del PIB había bajado de nuevo hasta el 35,7%.
En 2012, la recaudación ha vuelto a crecer hasta el 36,4% del PIB, pero aun así continúa situándose más de ocho puntos por debajo de Grecia. O dicho en otros tíérminos, si las distintas Administraciones Públicas recaudaran lo mismo que el país heleno, dispondrían de unos 80.000 millones de euros adicionales. En otras palabras, el Estado no tendría díéficit presupuestario sin incluir las ayudas a la banca. Y que en total alcanzó el año pasado los 111.641 millones de euros, según la primera comunicación oficial remitida a Bruselas. Es decir, el 10,63% del PIB.
Crisis fiscal del Estado
La crisis fiscal de España es de tal envergadura que sólo Irlanda, un país de baja tributación en el Impuesto de Sociedades, recauda menos dentro de la Eurozona, lo que refleja la dimensión del problema. La media en la zona del euro se sitúa, de hecho, en el 46,2% del PIB, casi diez puntos más que España. Y ello se produce pese a que los tipos impositivos españoles se encuentran entre los más elevados de la Unión Europea. Incluso el Reino Unido, que siempre ha hecho gala de tener una economía competitiva debido a su baja tributación, recauda seis puntos de PIB más que España.
Los problemas de recaudación de las Administraciones Públicas explican, en buena medida, el imparable aumento del endeudamiento público. Hasta el extremo de que, según las previsiones del Gobierno remitidas a Bruselas, la deuda alcanzará a finales de este año los 960.000 millones de euros. Por lo tanto, algo más de 76.000 millones de euros más que en 2012. La causa de esos problemas recaudatorios hay que relacionarla con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que llevó la recaudación a niveles históricos. Ahora ese 'castillo de naipes' es el que se ha venido abajo. Entre otras cosas, por la píérdida de puestos de trabajo.
En la citada comunicación enviada a la UE, el Gobierno estima que este año el díéficit presupuestario alcanzará los 48.343 millones de euros. Exactamente, el 4,5% del PIB, en línea con lo pactado con las autoridades de la Unión Europea. Ahora bien, para llegar a esta cifra el Gobierno parte de que este año la Seguridad Social no tendrá ningún díéficit, algo verdaderamente chocante si se tiene en cuenta que en 2012 -con un decrecimiento similar al que se producirá en 2013- el sistema público de protección social generó un díéficit equivalente a 10.131 millones de euros. Ahora, el Gobierno comunica a Bruselas que sus cuentas estarán equilibradas a finales de año.
Crisis fiscal del Estado
La crisis fiscal de España es de tal envergadura que sólo Irlanda, un país de baja tributación en el Impuesto de Sociedades, recauda menos dentro de la Eurozona, lo que refleja la dimensión del problema. La media en la zona del euro se sitúa, de hecho, en el 46,2% del PIB, casi diez puntos más que España. Y ello se produce pese a que los tipos impositivos españoles se encuentran entre los más elevados de la Unión Europea. Incluso el Reino Unido, que siempre ha hecho gala de tener una economía competitiva debido a su baja tributación, recauda seis puntos de PIB más que España.
Los problemas de recaudación de las Administraciones Públicas explican, en buena medida, el imparable aumento del endeudamiento público. Hasta el extremo de que, según las previsiones del Gobierno remitidas a Bruselas, la deuda alcanzará a finales de este año los 960.000 millones de euros. Por lo tanto, algo más de 76.000 millones de euros más que en 2012. La causa de esos problemas recaudatorios hay que relacionarla con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que llevó la recaudación a niveles históricos. Ahora ese 'castillo de naipes' es el que se ha venido abajo. Entre otras cosas, por la píérdida de puestos de trabajo.
En la citada comunicación enviada a la UE, el Gobierno estima que este año el díéficit presupuestario alcanzará los 48.343 millones de euros. Exactamente, el 4,5% del PIB, en línea con lo pactado con las autoridades de la Unión Europea. Ahora bien, para llegar a esta cifra el Gobierno parte de que este año la Seguridad Social no tendrá ningún díéficit, algo verdaderamente chocante si se tiene en cuenta que en 2012 -con un decrecimiento similar al que se producirá en 2013- el sistema público de protección social generó un díéficit equivalente a 10.131 millones de euros. Ahora, el Gobierno comunica a Bruselas que sus cuentas estarán equilibradas a finales de año.