El mundo económico acadíémico anda a vueltas con el cuestionado informe Reinhart-Rogoff sobre deuda pública y crecimiento. Niño Becerra cree que los recortes son inevitables, con o sin relajación en los mismos, y que la tesis de los profesores de Harvard es incuestionable: "Cuanto más alta sea la deuda, menos cosas se podrán hacer porque más se tendrá que dedicar a pagar intereses y a amortizar".
"Este año España va a tener que pagar 32.000 millones de intereses, sólo de la deuda pública. ¿Cuántas cosas podría hacer si no debiese nada o debiese mucho menos?". Con afirmaciones como esta, el economista Niño Becerra entra de lleno en el debate 'austeridad sí-austeridad no' que desde el mundo de la alta política y de la economía ha llegado al mundo real de la mano de alarmantes cifras de paro, una recuperación económica que no llega y un empobrecimiento generalizado de la población de países que vienen de vivir años de bonanza económica y que se han encontrado abruptamente con ajustes inimaginables hace un lustro.
Niño Becerra pasa por encima del error detectado en el informe de 2010 de los profesores de Harvard Reinhart y Rogoff, American Economic Review. Distintos políticos se habían apoyado en ese estudio para buscar respetabilidad acadíémica para las medidas de austeridad -encaminadas a controlar en alto endeudamiento de los países en relación a su PIB- y ahora el fallo en las cifras con el que se elaboró ha avivado la políémica sobre la idoneidad del camino de recortes que se está siguiendo para salir de la recesión económica que azota al mundo.
Dice el profesor de la Universidad Ramón Llull: "Dejando a un lado lo del error en la hoja de Excel (que no me acabo de creer), la tesis que ahora se critica es de cajón. Cuanto más alta sea la deuda menos cosas se podrán hacer porque más se tendrá que dedicar a pagar intereses y a amortizar lo que se debe".
"Otra cosa es que ahora convenga otro mensaje para conseguir otros objetivos, como que las ciudadanías acepten reformas irreversibles a cambio de relajaciones de recortes que, de cualquier forma acabarán siendo inevitables porque la pura y triste realidad es que es imposible volver a crecer al 4%: no existe una cantidad infinita de todo para todos, aunque en este momento se pretenda que se crea lo contrario".
