La Reserva Federal (Fed) tiene claro que, una vez llegados hasta aquí, hará lo que sea necesario para reactivar el crecimiento y el empleo. Incluso incrementar la impresión de dólares bajo la tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3). Así lo acaba de anunciar... pero este matiz no ha bastado para levantar el ánimo en Wall Street, donde siguen pesando las díébiles estadísticas económicas conocidas el miíércoles.
Según los datos difundidos por ADP, el sector privado norteamericano sólo generó 119.000 empleos en abril, por debajo de los 150.000 previstos y de los 131.000 generados en marzo. Y eso que este último dato tambiíén ha sido revisado a la baja, desde los 158.000 anunciados hace un mes. Las cifras de la ADP arrojan más dudas sobre los datos oficiales totales que el Departamento de Trabajo anunciará el viernes. Por el momento, las previsiones contemplan que la economía estadounidense podría haber creado 148.000 puestos de trabajo en abril. Este dato superaría los 88.000 empleos de marzo, pero sería una cantidad aún demasiado baja para las aspiraciones de EEUU. Además, los pronósticos no esperan cambios en la tasa de paro, que seguiría así en el 7,6%.
Al menos, otra estadística, la correspondiente a la actividad manufacturera de abril, ha salido mejor de lo esperado. Las previsiones vaticinaban una caída desde los 51,3 puntos de marzo hasta los 50,5. Finalmente, retrocede, pero no tanto, puesto que se queda en los 50,7 puntos. El consuelo, eso sí, es menor porque se trata de la lectura más baja desde diciembre.
Con estas cifras en la mano, el S&P 500 ha cedido un 0,9%, hasta los 1.582 puntos, mientras que el Dow Jones ha retrocedido igualmente un 0,9%, hasta los 14.700. El impacto es más apreciable en la deuda estadounidense, donde las compras han impulsado a la baja los rendimientos. El de los títulos a 10 años cae hasta el 1,617%, el nivel más bajo desde diciembre, mientras que el de los bonos a dos retrocede hasta el 0,199%, el más reducido desde septiembre de 2011.
Fuerte corrección en las materias primas
Estos datos, junto con el espectacular aumento de las reservas de crudo en Estados Unidos, han provocado fuertes caídas en las materias primas. El barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, ha cedido un 2,5% y vuelve a situarse bajo los 100 dólares; en concreto, desciende hasta los 99,8. En cuanto al barril WTI, el de referencia en EEUU, se ha dejado un 2,8%, hasta los 90,8 dólares. Por su parte, la onza de oro al contado ha caído un 2%, hasta los 1.447 dólares