Era el alumno más aventajado de la Eurozona y está cumpliendo los pronósticos. El Dax alemán, el índice de referencia de la bolsa alemana, vuela ya más alto que nunca. Lo hizo el viernes y lo remachó ayer cuando escaló hasta los 8.181 puntos, con lo que dejó atrás su anterior plusmarca, que databa de julio de 2007, cuando alcanzó los 8.105 puntos.
De este modo, el indicador germano sigue la estela de los principales índices de Wall Street, el Dow Jones y el S&P 500, que siguen pulverizando sus máximos históricos en 2013. El primero, superando los 15.000 puntos y el segundo, más allá de los 1.600. Nunca antes habían franqueado ambas barreras.
Un club selecto
Sin embargo, los índices bursátiles -dentro de los principales- que se encuentran en máximos históricos son más una excepción que una tendencia dominante. Hay algunos casos más, como el ISE 100 turco o el -sorprendente- Merval argentino, que acaban de marcar nuevas plusmarcas en los 89.170 puntos y los 3.950 puntos, respectivamente, pero la norma es que los índices todavía se encuentren a cierta distancia de los máximos marcados o bien en plena burbuja tecnológica o bien en 2007.
Es el caso del Ibex 35 español. Tras cerrar ayer en los 8.544 puntos, está un 46,5% por debajo de los 15.945 a los que cerró el 8 de noviembre de 2007. O lo que es lo mismo, todavía debe subir cerca de un 90% para dejar viejo ese ríécord. Y eso que desde los mínimos de la crisis, marcados en julio de 2012, el índice español ha remontado un 43,5%.
Con todo, no es el más rezagado de la clase. La crisis del euro muestra una evidente huella entre los parquíés de los países perifíéricos. Así, los principales índices de Irlanda, Portugal e Italia se encuentran entre un 55 y un 66% por debajo de sus máximos, distancia que en el caso de Grecia se dispara hasta el 90%.
Otro histórico que aún ve muy lejos su plusmarca es el Nikkei 225 japoníés. Lejos en todos los sentidos, porque no sólo está un 63,6% por debajo, sino que su ríécord data de 1989. Eso sí, la ultraexpansiva política monetaria del Banco de Japón, que a comienzos de abril anunció su compromiso de duplicar la oferta monetaria mediante las compras de deuda pública y privada hasta finales de 2014, lo está empujando con fuerza. Desde comienzos de abril, el Nikkei se dispara cerca de un 15% y se encuentra en máximos desde mediados de 2008