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Autor Tema: ¿Estamos nosotros a punto de sufrir igual suerte?…4ª parte  (Leído 741 veces)

pharma

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En ninguna otra parte de la Polinesia las marsopas pueden responder ni siquiera por el 1 por ciento de los huesos en los botaderos de restos de comida. La mayorí­a de las otras islas de la Polinesia ofrecí­an comida animal en la forma de pájaros y mamí­feros, como el ahora extinto moas gigante de Nueva Zelanda y los ahora extintos gansos no voladores de Hawaii.

La mayorí­a de los otros isleños polinesios tambiíén tení­a cerdos domíésticos y perros. En Pascua, las marsopas habrí­an sido el animal más grande disponible –aparte de los humanos. La especie de marsopa identificada en Pascua, el delfí­n común, pesa hasta 165 libras (75 kg). Generalmente vive mar afuera, por lo que no podí­a cazarse por lí­nea de pesca o con arpones desde la orilla. En cambio, tiene que haber sido arponeado lejos de la costa, en grandes canoas marineras construidas con troncos de palma, ahora extinta.

Además de la carne de delfí­n, Steadman encontró que los primeros colonos polinesios se festejaban con aves marinas. Para esos pájaros, la lejaní­a de Pascua y la falta de predadores la hizo un paraí­so ideal como sitio de crí­a, por lo menos hasta que los humanos llegaron. Entre el prodigioso número de aves marinas que anidaron en Isla de Pascua están el albatros, el pájaro bobo, las aves-fragata, los petreles, petreles del ártico, el corta-aguas, petreles de tormenta, golondrinas de mar y otros pájaros tropicales. Con por lo menos 25 especies anidando, Pascua era el sitio de crí­a más rico de la Polinesia y probablemente de todo el Pací­fico.

Las aves terrestres tambiíén llenaron las ollas de la Isla de Pascua temprana. Steadman identificó los huesos de por lo menos seis especies, incluso lechuzas, garzas y loros. El estofado de pájaro podrí­a haberse sazonado con carne de las extremadamente numerosas ratas que los colonos polinesios trajeron inadvertidamente con ellos; la Isla de Pascua es la única isla de la polinesia conocida donde los huesos de rata exceden en número a los huesos de pescado en los sitios arqueológicos. (En caso de que usted sea delicado y considere incomibles a las ratas, yo todaví­a recuerdo las recetas para cocinar ratas de laboratorio a la crema que mis amigos biólogos británicos usaban para complementar su dieta durante sus años de racionamiento de comida de los tiempos de guerra).

Los delfines, las aves marinas y de tierra y las ratas no eran las únicas en la lista de fuentes de carne anteriormente disponibles en Pascua. Unos cuantos huesos indican la posibilidad de que hubiera colonias de focas que tambiíén criaban allí­. Todas estas delicadezas se cocinaban en hornos alimentados con madera de los bosques de la isla. Toda esta evidencia nos permite imaginar la isla en la que desembarcaron los primeros colonos polinesios de Pascua hace unos 1.600 años, despuíés del larguí­simo viaje en canoa desde la Polinesia oriental. Llegaron a un prí­stino paraí­so. ¿Quíé les pasó luego?  Los granos de polen y los huesos dan una respuesta siniestra.

El registro de polen muestra que la destrucción de los bosques de Pascua estaba muy avanzado hacia el año 800, sólo unos siglos despuíés del comienzo del asentamiento humano. Entonces el carbón de leña de las fogatas vino a llenar el núcleo del sedimento, mientras el polen de palmas y otros árboles y arbustos leñosos disminuye o desaparece, y el polen de los pastos que reemplazaron los bosques se hace cada vez más abundante. No mucho despuíés del 1400 la palma terminó de extinguirse, no sólo como resultado de su tala, sino tambiíén porque las ahora ubicuas ratas impidieron su regeneración: de las docenas de nueces de palma que se conservaron y que fueron encontradas en las cuevas de Pascua, todas habí­an sido mordisqueadas por las ratas y ya no podí­an germinar.

Aunque el hauhau no se extinguió totalmente, su número bajó drásticamente, hasta que ya no fueron suficientes como para hacer sogas. Cuando Heyerdahl visitó Pascua, un único toromiro permanecí­a en la isla, casi muerto, e incluso ese único sobreviviente ya ha desaparecido. (Afortunadamente, el toromiro todaví­a crece en jardines botánicos extranjeros.) [En 2004 llegaron desde el Jardí­n Botánico de Londres un par de cientos de plantitas de toromiro para ser reintroducidos en la Isla de Pascua; el Proyecto es gestionado por CONAF, organismo fiscal chileno, con la colaboración de Jardines Botánicos extranjeros].

El siglo XV no sólo marcó el fin para la palma de Pascua sino que el del bosque entero. Su condena habí­a estado acercándose a medida que las personas limpiaban la tierra para plantar sus huertos; mientras talaban los árboles para construir canoas, para transportar y levantar los moais, y para leña; mientras las ratas devoraban las semillas; y probablemente mientras los pájaros nativos iban desapareciendo, los mismos que antes polinizaban las flores de los árboles y dispersaban sus semillas al comer sus frutas,

El cuadro global descrito es uno de los ejemplos más extremos de destrucción del bosque en el mundo: el bosque entero ha desaparecido, y la mayorí­a de sus especies de árboles se han extinguido. La destrucción de los animales de la isla fue tan extrema como la del bosque: sin ninguna excepción, cada especie de ave terrestre nativo se extinguió. Incluso los mariscos fueron sobreexplotados, hasta que la gente tuvo que conformarse con pequeños caracoles de mar en lugar de los grandes cangrejos de antes.

Los huesos de delfí­n desaparecieron abruptamente de los botaderos de basura alrededor de 1500; nadie podí­a arponear delfines ahora, porque no habí­a grandes árboles con los cuales hacer grandes canoas marineras. Las colonias de más de la mitad de las especies de aves marinas que se reproducí­an en Pascua o en sus islotes vecinos desaparecieron.

Continuará…



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Re: ¿Estamos nosotros a punto de sufrir igual suerte?…4ª parte
« Respuesta #1 en: Agosto 12, 2008, 04:04:13 pm »
Ahí­ va la 4ª entrega, ya sólo faltan dos.
Hoy la cuelgo un poco antes de lo normal, pero viendo la cantidad de trabajo de la mañana, como la tarde sea similar no me da tiempo ni a conectarme, así­ que os lo subo antes de salir a trabajar.
Un saludo a tod@s.