Bruselas quiere acabar con la competencia desleal de los paneles importados desde China, que se ofertan en el mercado a precio de coste de producción gracias a ayudas públicas. Por ello, la Comisión Europea ha aprobado aplicar una tasa del 47% a las importaciones de estos productos.
La medida ha sido propuesta a los países miembros y se debatirá la próxima semana. Previsiblemente entrará en vigor a partir del mes de junio, aunque la Comisión Europea mantiene otras dos investigaciones sobre estos paneles que aún no han concluido.
En principio este recargo será una sanción provisional hasta que Bruselas concluya las otras investigaciones en marcha. A partir de ese momento, los países de la UE deberán acordar las penalizaciones definitivas.
La Comisión Europea anunció el pasado 5 de marzo el registro de todas las importaciones chinas de paneles solares y sus principales componentes -como cíélulas y obleas-, en el marco de la investigación antidumping. La investigación se abrió ya en septiembre del pasado año cuando Bruselas consideró que existen evidencias de que pueden causar daños a la industria europea.
Este paso dado por la Comisión Europea está levantando mucho revuelo en el sector. La apertura del registro se interpretó como el paso previo a la aplicación de medidas contra las importaciones chinas, una vez hayan concluido las investigaciones en curso.
En diciembre
Las fechas en las que se conocerán las medidas definitivas -si las hay- son el 5 de diciembre (para la investigación antidumping) y el 7 de diciembre (para la investigación sobre ayudas ilegales).
Según la legislación comunitaria, cabría la posibilidad de que las medidas a adoptar por la Comisión tuvieran carácter retroactivo, de modo que afectasen desde 90 días antes de la publicación de la resolución. Teniendo en cuenta que esos 90 días de plazo, en relación a las medidas provisionales antidumping, comenzaron a contar a partir del pasado 6 de marzo, el umbral de incertidumbre del mercado ha crecido notablemente, por el riesgo de que los importadores de paneles y componentes chinos deban afrontar el pago de aranceles.
Sin embargo, parece que la CE decidirá si aplica la retroactividad al tíérmino de la investigación, es decir, a final de año.
Los recelos sobre los paneles solares chinos han abierto un enfrentamiento directo entre el país asiático y la Unión Europea. Así, el Gobierno de Pekín presentó el pasado año una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio por las subvenciones que concede la Unión Europea a la energía solar.
En esta denuncia China tambiíén puso el grito en el cielo por los subsidios que España e Italia conceden a la energía fotovoltaica y termosolar.
Ahora, la actuación de Bruselas responde a denuncias presentadas por la patronal europea del sector fotovoltaica, EU ProSun, que aglutina a empresas españolas, alemanas e italianas.