Fuentes del Tesoro comentan que el MARF se ideó hace unos meses como una preocupación por parte del Gobierno para ayudar a las empresas españolas a buscar nuevos canales de financiación a sí no solo depender de la vía bancaria. Y no les falta razón, pues en enero de 2013 los críéditos a empresas sufrieron un severo ajuste del 8.5% respecto al mismo mes de 2012, y llevamos cuatro años consecutivos con esta tendencia.
Tradicionalmente las compañías españolas estructuralmente han dependido hasta en un 80% de la financiación de origen bancario, con escaso recurso a fuentes de críédito alternativas. Este es un dato muy alto si lo comparamos con países como Estados Unidos que acredita porcentajes del 30% o Alemania con el 65%, así que parece que hay recorrido. Este bajo acceso a los mercados de capitales se ha debido básicamente a que la financiación bancaria fue muy accesible por el gran número de entidades con suficiente liquidez y con financiación realmente competitiva en los años previos a la crisis. Tambiíén había una serie de limitaciones legales que actualmente se están eliminando.
Hoy las alternativas serían básicamente dos: la salida a bolsa a travíés del nuevo Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y la emisión de bonos y pagaríés de renta fija a travíés del Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), ambos mercados orientados especialmente para las PYMEs. El primero está ya en funcionamiento desde el año 2008 con 21 compañías cotizando con dispares resultados donde se han conseguido más de 104 millones de euros de nuevo capital y 40 en ampliaciones de capital. Por otro lado, el MARF está en proceso de constitución y se espera que en unos meses entre en funcionamiento.
En cuanto al objetivo del MARF, según el propio Ministerio de Economía y Competitividad, es el de desarrollar un mecanismo que permita a las empresas solventes y sanas a acceder a liquidez a corto plazo para que puedan gestionar su fondo de maniobra y a fondos a medio plazo, atrayendo el capital de inversores institucionales nacionales y extranjeros.
Este mercado nace con grandes expectativas, ya que Axesor asegura que este mercado para pymes podría movilizar hasta 1.000 millones de euros en solo un año, y con unas emisiones que podrían ser de entre 20 y 25 millones de euros, si bien no se descarta que puedan producirse a partir de 10 millones. El objetivo sería que se produjesen como mínimo entre 20 y 30 emisiones al año.
Esto parece un sueño para muchos directores financieros de compañías españolas que sienten la necesidad de que diversificar sus fuentes de financiación a la vez que mejoran sensiblemente la imagen de su compañía al acceder a mercados de capitales.