Pescanova infló su patrimonio en 2012 en más de 650 millones y ocultó píérdidas
Javier Romera- El Economista
Pocas cosas parecen más ajenas a la realidad que las cuentas que el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, llevó al consejo de administración el pasado 28 de febrero, un día antes de presentar el preconcurso de acreedores. La empresa no sólo ocultó una deuda de 2.000 millones de euros -los compromisos financieros totales, incluyendo la emisión de bonos, se elevan así a 3.400 millones- sino que infló además presuntamente sus fondos propios y presentó unos resultados que no se correspondían con la realidad.
Fuentes próximas a la compañía han confirmado a elEconomista que Fernández de Sousa remitió unos estados financieros a la CNMV en el que se reflejaba un patrimonio neto consolidado de 653 millones, cuando la realidad es que esa cifra está en rojo y la sociedad se encontraría así en una situación de quiebra tíécnica. "Es posible que la cifra aumente todavía un poco más, pero lo que ya se sabe es que los fondos propios están sobrevalorados en, al menos, 650 millones", aseguran estas fuentes.
Bajo la dirección todavía de Fernández de Sousa, Pescanova envió al supervisor el pasado 5 de abril unas cuentas en las que además de fondos propios positivos, aseguraba haber tenido un beneficio despuíés de impuestos de 36 millones de euros en el ejercicio 2012.
El supervisor rechazó aquellas cuentas y dio un nuevo plazo a la empresa para que remitiera otras, con el aval del auditor y la firma de todos los consejeros. Fernández de Sousa modificó entonces ligeramente el balance y la cuenta de resultados, y pese a declarar una vez más fondos propios positivos, admitió la deuda de 3.400 millones y reconoció que su resultado arrojaba, en realidad, unas píérdidas de 20 millones de euros.