Otro gran inversor aterriza en España al calor de las oportunidades. La gestora de fondos estadounidense KKR, que compite con su compatriota Blackstone por la hegemonía mundial de la industria del capital riesgo, tiene previsto abrir una sucursal en nuestro país en los próximos meses, según distintas fuentes del sector financiero. La firma dirigida y confundida por Henry Kravis y George Roberts considera que nuestro país está lo suficientemente maduro -"estamos poniendo dinero a trabajar allí"- como para desembarcar físicamente.
Para esta nueva etapa, KKR ha creado un spanish team, al frente del cual estará Jesús Olmos. Con sede operativa en los cuarteles generales de Londres, el ejecutivo español es socio y responsable de Infraestructuras para Europa, cargo que asumió a su llegada al fondo en el año 2008, tras abandonar su puesto en la elíéctrica Endesa como director general de Desarrollo Corporativo. A pesar de la inminencia del desembarco, fuentes oficiales del fondo en España han preferido no hacer comentarios sobre esta información.
Antes de dar este paso, el fondo estadounidense ha peinado el mercado español durante años y no ha sido hasta despuíés de tener una cartera de inversiones significativa cuando ha valorado la necesidad de crear una mínima estructura local. Tras su debut en 2010 con la compra del 49% de Inaer, el proveedor de servicios aíéreos de emergencia con sede en Alicante, KKR continuó con la adquisición de otro 49% del operador de renovables T-Solar y con la compra en dos tandas de un 18% de la compañía de aparcamientos y parques logísticos Saba.
La última operación de KKR en suelo español ha tenido lugar hace sólo un mes, cuando confirmó la inyección de un príéstamo de más de 300 millones de euros a Uralita, una asistencia financiera que permitió a la familia Serratosa reestructurar su abultada deuda y apuntalar la viabilidad de la compañía. En total, con esa operación, el fondo ha invertido en España de manera directa más de 800 millones durante los últimos tres años, mientras que además 17 de sus empresas participadas cuentan con intereses y presencia comercial en nuestro país.
Aunque su presencia es reciente, como acaba de ocurrir con la puja por hacerse con un participación de NH Hoteles, el fondo estadounidense ha sobrevolado España desde hace casi una díécada, incluso en la íépoca dorada del capital riesgo, cuando se interesó por la compra de Amena o se alió con Telefónica para hacerse con Portugal Telecom. Como otros gigante, su filosofía de inversión es multidisciplinar y gestiona fondos especializados para distintos perfiles, tanto de buyouts, como de real estate, de infraestructuras o de situaciones especiales.
Además, como suele ocurrir en estas situaciones, la potencial actividad a desarrollar durante los próximos 18 meses en todo el arco de países europeos del cinturón sur le ha convencido de la oportunidad que representa contar con un equipo local propio. Una reflexión similar ha sido la realizada por su competidor Blackstone, que el pasado mes de febrero anunció la incorporación del directivo Iñaki Echave, procedente de Magnum Capital, para abrir oficina propia y trabajar de forma específica en el mercado español, al que consideran ahora prioritario.
Y no son los únicos. Otros muchos grandes fondos de inversión se encuentran en una situación similar. Es el caso de los gigantes paneuropeos BC Partners y Cinven, que a pesar de haber fichado hace más de un año a directivos españoles de la industria, como Hector Píérez (Bridgepoint) y Jorge Quemada (3i), respectivamente, todavía no han dado el salto de abrir una sucursal a la espera de realizar sus primeras inversiones en España. Hasta entonces, como todos los grandes fondos, monitorizan el mercado español desde sus oficinas de Londres.
La llegada de más fondos es cuestión de tiempo. Como afirmó la semana pasada el socio director de Goldman Sachs en España, Olaf Diaz-Pintado, "hay muchos fondos analizando deals en España†que están dispuestos a invertir. La industria del capital riesgo dispone de cerca de 13.000 millones para el mercado ibíérico. No en vano, como explicó el propio Henry Kravis a finales del año pasado, España reúne las condiciones perfectas: su banca atraviesa dificultades, no hay financiación empresarial y la caída de la economía presiona al Gobierno para buscar ayuda externa