Mourinho no convocó a Iker Casillas en el último partido de Liga para evitar que fuese titular (Diego López estaba de baja por una operación estíética) y el Bernabíéu pudiera aplaudir el regreso de su capitán justo el día que íél se marchaba.
Mourinho apuró sus últimas horas en el Real Madrid tratando de justificar la ausencia de la convocatoria de Casillas con el argumento de que “se consideraba ‘no apto’ íél mismo para jugar este partidoâ€, afirmación que es falsa. Lo demuestra la falta de un parte míédico que confirme tal ‘lesión’.
En 45 días de lesión el tíécnico no llamó al capitán para saber cómo iba su mano
El sábado 25 el capitán del Real Madrid fue baja por unas molestias en la espalda que le impidieron viajar a Anoeta al partido ante la Real Sociedad. El pasado lunes y martes la plantilla disfrutó de dos días libres. El miíércoles y el jueves entrenó con normalidad. Fue el viernes cuando entraba por la puerta de Valdebebas y un miembro del club, conocedor de que la convocatoria ya estaba hecha, le avisó: “No tengas prisa. No estás convocado para mañanaâ€. Indignado, decepcionado, hastiado… Iker se fue al gimnasio a hacer trabajo físico y no saltó al cíésped.
Nadie del cuerpo tíécnico le ha dirigido la palabra, ni para preguntarle por su recuperación. Uno de los primeros días, en un ejercicio en que le estaban disparando a puerta, Iker hizo una espectacular parada. El entrenador se acercó y le preguntó: “Eh, portero, ¿quíé mano era la que te lesionaste?â€. “La izquierda, místerâ€. “¿Y ese balón lo has sacado con la mano izquierda?â€. “Sí, místerâ€. “Ahâ€, exclamó Mourinho con un gesto de aprobación. Se dio la vuelta y se marchó. Aquel día Mourinho supo que Iker Casillas estaba apto para jugar.