Horas cruciales para Codere. Ante la cercanía del vencimiento de hasta 120 millones de euros en críéditos y cupones de sus bonos, la compañía controlada por la familia Martínez Sampedro ha convocado un consejo de carácter extraordinario para analizar las alternativas para poder cumplir con sus obligaciones y evitar el impago o default que le ha provocado el desplome en bolsa. Una caída que se ha producido al tiempo que uno de los hermanos trasladaba a un fondo luxemburguíés un 2,5% del capital.
Luis Javier Martínez Sampedro, hermano del presidente, Josíé Antonio, y máximo ejecutivo de la división Amíérica, ha trasmitido 1,29 millones de acciones de Codere que tenía de forma directa al fondo M Luxembourg SIF-Global Assets Brisa, controlado por íél mismo. Según datos de Bloomberg, se trata de una sicav domiciliada en el país europeo, gestionada por Mirabaud y cuyo banco agente es Credit Suisse. El valor neto de los activos del fondo asciende a 96 millones.
La operación, realizada a travíés de una aplicación (compra y venta de títulos en bolsa por un mismo inversor) a 1,75 euros, se corresponde con una “reorganización interna de su patrimonioâ€, según fuentes próximas a la transacción. Codere ha declinado hacer ningún comentario sobre este movimiento al indicar que la empresa nunca expresa su opinión sobre la titularidad de sus accionistas.
La participación de los Martínez Sampedro en Codere se estructura a travíés de Masampe, una sociedad instrumental que tiene el 51% de la compañía. Despuíés, Josíé Antonio, el hermano mayor, tiene un 12,4% de forma directa, mientras que Encarnación, la madre, cuenta con un 2,2% y Luis Javier, el otro hijo, el 2,5% que se ha llevado al fondo luxemburguíés.
El traspaso se produce en plena renegociación de la deuda del grupo, que tiene un hito especial el próximo 15 de junio, fecha en la que el grupo tiene que hacer frente al pago de un críédito concedido por Credit Suisse, Barclays y BBVA por 29,5 millones y el desembolso del cupón de una de sus emisiones de bonos por 31,3 millones. A esos 60,8 millones de euros vinculados a Codere SA y su financiera en Luxemburgo, hay que añadir otros 38,7 millones que adeudan antes del 15 de junio sus filiales latinoamericanas, especialmente la de Argentina y la de Míéxico.
El problema de la primera se ha resuelto parcialmente con el acuerdo con Banco Macro, mientras que para solventar los 12,6 millones de Administradora Mexicana del Hipódromo (AMH) ha recurrido a una línea de críédito con Inbursa, el banco controlado por Carlos Slim y La Caixa. Codere tambiíén ha pedido 25 millones de dólares para equilibrar las cuentas de su filial en Uruguay (Carrasco Nobile), para lo que ha requerido ayuda al Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU). Le solicita esa línea de críédito por diez años, con dos de carencia, y con un adelanto de 4 millones de euros.
Consejo de urgencia y críédito salvador
Unas obligaciones para las que la compañía confiesa no disponer de dinero suficiente, al tener 18 millones en tesorería y otros 23,2 que estaban pignorados por un críédito en Argentina y que se han liberado. Para tomar una decisión de urgencia, los Martínez Sampedro, que poseen el 67% del capital del grupo, han convocado un consejo extraordinario para debatir las alternativas para repagar la deuda.
Según fuentes próximas a las conversaciones, Codere mantiene negociaciones avanzadas con varios fondos oportunistas que están dispuestos a suministrarle financiación para sustituir a Credit Suisse, Barclays y BBVA. El problema es que el diferencial que le exigen oscila entre el 10 y el 12%, un precio que la empresa tendría problemas para afrontar a medio plazo. En cualquier caso, sería un balón de oxígeno para evitar el default y ganar tiempo para conseguir un acuerdo con los bonistas para refinanciar la deuda global, que supera los 1.100 millones de euros.
Otra de las vías de salvación que ha auscultado Codere es conseguir un críédito por parte del banco brasileño Itaú para poder repatriar los beneficios que obtienen en su filial Argentina. El corralito que sufre la empresa española en este país latinoamericano es una de las causas por las que se ha quedado sin liquidez para cumplir con sus obligaciones. Sobre este aspecto, la compañía tampoco ha querido hacer ningún comentario.