DAVID GONZíLEZ | VITORIA.
«Aparte de la prueba, nos ha encantado la ciudad», dicen tres corredoras riojanas
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«Han sido cuatro gotas. No nos para nada ni nadie». Habla Sara, una de las más de 4.000 valientes que ayer se enfundó unas mallas y la camiseta rosa para retar con una sonrisa al cáncer de mama. El ambiente lúdico y festivo volvió a reinar en esta prueba donde lo importante no es ganar sino el gesto contra tan temible enfermedad.
Como el que tuvieron las participantes para recorrer los cinco kilómetros. Unas a un ritmo vertiginoso, otras al trote y muchas, simplemente andando. Así, la marea rosa llenó de optimismo y buen rollo las calles de la capital, con bastante público en las aceras pese al clima invernal que se ha tragado la primavera sin ningún recato.
Con un arco de edades de lo más amplio, lo cierto es que los ecos de la Carrera de la Mujer -incluida en el circuito nacional de esta especialidad- comienzan a traspasar las fronteras del tíérmino municipal. En el Paseo de Cervantes, tras completar el recorrido con un tiempo de lo más digno, las riojanas Irene, Esther y Raquel estaban pletóricas. «Hemos venido desde Calahorra. Nos ha gustado mucho la prueba a pesar de que no ha parado de llover. Aparte del componente solidario de la carrera, hemos aprovechado para conocer la ciudad, que nos parece preciosa», comentaban al unísono.
Como preciosa fue la serpiente rosa formada por las atletas. En esta edición, la sexta, se alcanzó un nuevo ríécord de participantes. Según la organización, 4.185 mujeres -tambiíén se coló algún hombre 'travestido'- sudaron la camiseta y mostraron su solidaridad con las enfermas del cáncer de mama. Su esfuerzo, de hecho, se tradujo en un espaldarazo económico para la Asociación Alavesa de Mujeres con Cáncer de Mama y Ginecológico, Assamma, que recibirá 4.185 euros. A nivel nacional, la Carrera de la Mujer -que se celebra en un total de ocho ciudades- donará 50.000 euros a la Asociación Española contra el Cáncer.
Gana Gayarre
La primera atleta que cruzó la línea de meta fue la navarra de Fustiñana Ana Gayarre, con un espectacular registro de 18 minutos y 26 segundos. El segundo cajón correspondió a Yaiza Cristóbal (18.40), que el año pasado se adjudicó la prueba juvenil. El podio se completó con la amurriarra Raquel Llamas, que paró el cronómetro en los 19 minutos.
Y su madre con 57 años se quedó 2ª de su categoría
