Por... Fabiana Arencibia
El blanqueo que acaba de aprobarse permitirá que se ingresen dólares al circuito oficial. Lejos queda con esta medida, el llamado de la presidenta de abandonar la cultura del ahorro en la moneda verde, el intento de pesificar un mercado inmobiliario y el camino de “desendeudamientoâ€.
La aplicación de la Ley de Regularización Tributaria, Promoción del Empleo y Exteriorización de Capitales, recientemente aprobada por el Congreso Nacional, permite que quienes tienen dólares sin declarar, tanto en el exterior como en el país, los puedan blanquear sin costos impositivos ni represalia alguna.
El beneficio consiste en que por el dinero blanqueado no se paga ningún tipo de impuesto. Tampoco se le aplicarán a las personas o sociedades que lo hagan ningún tipo de acción civil, comercial, administrativa, de responsabilidad profesional, ni los alcanzarán las leyes Penal Tributaria y Penal Cambiaria. Como frutilla del postre, no deberán declarar ante AFIP la fecha en que compraron esos dólares ni tampoco cuál es el origen de los fondos con que los adquirieron.
El mecanismo es sencillo: el que tiene los dólares en el país los deposita en una entidad bancaria local y quien los tiene afuera se los transfiere desde el exterior. Tambiíén se podrá blanquear dólares que provengan de la venta de bienes no declarados al fisco.
Quien blanquea debe elegir, como contrapartida de los dólares que deposite, entre tres instrumentos: el BAADE (Bono Argentino para el Desarrollo Económico) o el PAGARE de Ahorro para el Desarrollo Económico, orientados a proyectos de inversión pública en infraestructura e hidrocarburos; y el CEDIN (Certificado de Depósito para la Inversión) cuyos fondos estaban destinados por la ley a operaciones inmobiliarias, y ahora podrán ser utilizados para operaciones de toda índole.
Este blanqueo, a diferencia del anterior de 2009, no persigue fines de recaudación tributaria. El objetivo es obtener dólares porque el resultado de la balanza comercial (diferencia entre las importaciones y las exportaciones) está en baja y porque casi no existen inversiones y críéditos externos.
Este blanqueo pone en evidencia, y en todo caso es un reconocimiento tácito de algunos signos de debilidad del modelo:
*Fuga de capitales: la propia ley de blanqueo menciona que en el Balance de Pagos se reconocen cerca de 160.000 millones de dólares de Formación de Activos Externos entre 1992 y 2012, de los cuales 40.000 millones de dólares estarían en el país fuera de los circuitos oficiales y casi 120.000 millones en el exterior.
*Píérdida de Reservas: utilizadas fundamentalmente para pagar deuda y para regular en el mercado la cotización de la moneda norteamericana, han pasado de los más de 50.000 millones de dólares a fines de 2010 a poco menos de 39.000 millones a mediados de mayo de este año.
*Un mercado del dólar paralelo de difícil control para el gobierno con un valor de la divisa un 60 por ciento superior a la oficial.
*Necesidad imperiosa de divisas para que YPF pueda avanzar en su plan de inversión que revierta la balanza energíética deficitaria y resuelva al autoabastecimiento. Se necesitan cerca de 37.000 millones de dólares para desarrollar en 5 años la explotación de yacimientos no convencionales como el de Vaca Muerta (su asociación con Chevrón para el proyecto de Vaca Muerta y el lanzamiento de títulos en el mercado minorista para captar ahorro interno, van en ese sentido)
*La continua cancelación de deuda pública en lo que el gobierno define como política de “desendeudamientoâ€. Sin embargo, los BAADE son nueva deuda en dólares que, además, no está incluida en el presupuesto aprobado y cuyos intereses incrementarán los ya abultados pagos en dólares.
*Estancamiento del nivel de actividad, destrucción de puestos de trabajo en el sector privado compensado por el empleo público y el trabajo precario o no registrado.
Este blanqueo demuestra que la plata está. El punto es quiíén la tiene y dónde. La presidenta había dicho que en este país “se llevan la plata en palaâ€. Es una buena oportunidad para exigirle que díé a conocer el listado de quienes blanqueen los dólares, datos que recibirá la AFIP por parte de las instituciones bancarias receptoras de las divisas.
El blanqueo tambiíén demuestra que la apelación de la presidenta a cambiar la cultura del dólar por la de nuestra moneda - mojando la oreja de sus funcionarios para que saquen los plazos fijos en dólares y los pongan en pesos tal como dijo ella haberlo hecho - fue mediática y fugaz. Los instrumentos del blanqueo (BAADE, CEDIN, PAGARE) son en dólares y es la moneda que se lanzará al mercado inmobiliario (y a otros tambiíén) luego de intentar su pesificación.
El BAADE apuntará a sumar recursos para palear la crisis energíética, el CEDIN intentará ser un instrumento que reactive el mercado de la construcción (que según los economistas keynesianos oficia de elemento multiplicador del empleo). Pero además, con los agregados que hizo en su normativa el BCRA, podrá ser un medio de pago para todo tipo de operaciones. Con esto se persigue el objetivo de crear un mercado secundario de compra-venta de CEDIN para que los dólares depositados por quien los blanqueó, permanezcan en las arcas del Estado el mayor tiempo posible y el gobierno pueda, en el mientras tanto, utilizarlos para regular la cotización de la divisa o pagar deuda.
Tambiíén el gobierno especula que estos instrumentos puedan ofrecer otras alternativas de inversión para que el dólar paralelo no se siga disparando. Sin embargo se puede pensar que quienes tengan pesos para blanquear irán a ese mercado paralelo a comprar billete verde, lo que presionaría la divisa hacia la suba.
En el 2009 el blanqueo sumó alrededor de 4.000 millones de dólares de los cuales solamente 672 ingresaron al país. Sea cual fuere el resultado de esta nueva “amnistíaâ€, seguramente quedará ligada a empresarios vinculados con actividades ilegales de vínculos con el poder político, más que a los “ahorristas†pequeños y medianos que tienen la plata “bajo el colchónâ€.
Mucho se dijo sobre el origen ilegal del dinero que entre en este blanqueo. Y si bien la ley excluye los dólares provenientes del lavado de dinero o del financiamiento del terrorismo, solo es suficiente que los interesados presenten una declaración jurada afirmando que ese no es el origen. Nos preguntamos si el que tenga intención de legalizar su dinero va a decir que proviene del lavado de dinero o del terrorismo.
La ley contra el lavado obliga a las entidades financieras que informen a la UIF (Unidad de Información Financiera) cualquier hecho y operación sospechosa, entendiendo por tal la que resulte inusual, sin justificación económica o jurídica. Casi todos los depósitos que se hagan en el blanqueo seguramente lo serán. Pero la UIF no los investigará porque eso atentaría contra el íéxito esperado por el gobierno de este blanqueo.
A la inmoralidad que significa no penalizar ni con plata ni con acciones legales a quienes se la vienen “llevando en palaâ€, se suma la inmoralidad de esta medida en un país donde el 40 por ciento de los trabajadores están en negro, donde 7 de cada 10 jubilados cubren apenas la mitad de la canasta básica y donde 4 de cada 10 menores de 18 años son pobres.
Notas aclaratorias
1-El Ministerio de Economía (resolución 256/2013), el Banco Central de la República Argentina (Comunicación A 5547) la Administración Federal de Ingresos Públicos (Res.Gral AFIP 3509/13) han emitido esta semana las normas que aclaran todo lo inherente a las diferentes operatorias.
2-El BAADE es un título público y sigue la lógica de otros papeles de este tipo emitidos por el gobierno en todos estos años. Quien blanquea le presta esos dólares al Estado, quien, luego de tres años (julio de 2016) se los devolverá íntegramente y “en la misma monedaâ€. Devengarán un interíés del 4% anual, abonado al tenedor en forma semestral. Pueden ser al portador (se transfieren libremente de mano en mano y no cotizan en las bolsas locales o internacionales y se emiten por valores de 100, 1.000 y 10.000 dólares) o registrables (se negocian según cotización de bolsas y mercados de valores del país).
3-El PAGARE se entregará solo uno por beneficiario y se registrará a nombre de inversores que sean personas jurídicas, los que deberán ser mantenidos en custodia de una entidad financiera con cuenta corriente en el Banco Central (BCRA) o en la Caja de Valores S.A. Serán de valor nominal mínimo de 100.000 dólares.
Por el contario, el CEDIN no es un título (inversión) sino un medio de pago que se recibe luego de haber hecho el depósito de los dólares en la entidad bancaria. No tiene fecha de vencimiento y es endosable en forma ilimitada. El endoso puede hacerse en forma simple (acuerdo entre las partes) o registrada. Se emitirán por importes mínimos de 100 y máximo de 100.000 dólares.
4-Según la ley estaba orientado específicamente a cancelar operaciones de inversiones en el mercado inmobiliario y/o en proyectos de construcción de viviendas (compraventa de terrenos, galpones, locales, oficinas, cocheras, lotes, parcelas, viviendas ya construidas o en construcción y reparación de inmuebles). Sin embargo, el BCRA en su resolución aclara que “puede ser utilizado para el pago de operaciones de toda índole, en la medida en que la contraparte lo acepteâ€. Quien quiera retirar los dólares que fueron depositados a cambio del Cedin, deberá tener en cuenta que el certificado haya sido en algún momento de la rueda aplicado a los destinos inmobiliarios para el que fue creado. “Si el CEDIN fue ‘aplicado’ a los destinos previstos, se encontrará identificado como tal, tanto en el cuerpo del documento (con la leyenda ‘Aplicado’) como en la información registrada en el BCRAâ€, dice la resolución.