Muy buenas.
No quiero ser el tio Cicuta ni nada parecido…, pero la realidad no puede hacerme ver la vida con el color que se me intenta imponer desde las altas instancias del gobierno. No puede ser que hace un mes o poco más se celebre una rueda de prensa en un Consejo de Ministros donde pudimos ver a la Vicepresidenta y los ministros relacionados con la economía, al borde de la lágrima y, sin más, que ahora nos digan, machaconamente, que esto está cambiando. Que puede cambiar, sí. Que lo hará cuando cambien de políticas, tambiíén. Que está cambiando ahora…, pues no.
Mientras que el paro no baje en unos cuantos puntos enteros, esto seguirá como está, si no peor. El que la morosidad hipotecaria estíé en su nivel más alto, no muestra, precisamente, que esto ya está mejorando. Que el número de concursos de acreedores se haya incrementado este año, tampoco demuestra nada bueno. Que no seamos capaces de reducir nuestra deuda porque no producimos ni consumimos lo suficiente, no es prueba de que esto ya estamos en los prolegómenos de un cambio. Que tenemos que decir que esto no quiere decir nada y que estamos mejorando…, pues vale, pero que lo digan otros…, yo no.
Al contrario de lo que se pueda pensar, el buenismo y la bonhomía no ayudan a salir de esto. Si no hay dinero…, por mucho optimismo que podamos tener, la compra será siempre la misma, escasa. Si alguna vez, alguna vez, insisto, alguien nos contara la verdad, podríamos ponernos las pilas para resistir lo que todavía nos queda, que es mucho.
Me dijeron no hace mucho, y lo dije aquí, en estos foros de bolsa, que la economía tiene memoria de pez. Esto quiere decir que, despuíés de seis años de recortes y angustias, los que tienen que decidir sobre este negociado, se están dando cuenta que de aquí se sale inyectando “liquidez†para confiar en que eso díé lugar a crecimiento y no a una nueva burbuja. Y con ese crecimiento, que podamos empezar a pagar la mega deuda en la que nos hemos metido. Y puede que lo hagan y que comencemos a pensar que todo eso sea verdad y que esto ya empieza a cambiar. Pero todo ello será como las mentiras, tendrá las piernas muy cortas, y la recaida será mucho más agónica que íésta. Y esta es mi opinión, que al final de este año, de tanto inyectar liquidez, al final, algo se vea en el mercado. Si esto es así…, lo mejor es prepararse para lo que venga. Bienes raíces, bienes que den ingresos recurrentes por sí solos. Esa será una buena opción.
Pero eso tocará cuando toque. Ahora, lo que me toca, es insistir en que yo, no me lo creo. Y cuando vea que esto mejora, se lo diríé tambiíén a ustedes. Espero que pueda ser dentro de quince días…, pero no lo creo…, no.
Hasta entonces.
Vale
Oberon.