Es el efecto mariposa. FCC gana un megaconcurso para hacer el metro de Riad (Arabia Saudí) y se desata una crisis industrial en Cataluña. Pese a las declaraciones oficiales, la multinacional francesa Alstom abrirá conversaciones esta semana con los sindicatos para estudiar la manera en que se puede implementar, según han confirmado fuentes conocedoras de los contactos entre ambas partes.
El punto de partida es complicado porque Alstom puso sobre la mesa un paquete de condiciones que incluían aumentar la jornada, mayor flexibilidad y una rebaja salarial del 15%. Cuando los sindicatos rechazaron estas condiciones, Alstom dio el tema por zanjado, ya que cuenta con fábricas en Polonia, Francia y Alemania que podrían asumir el encargo de estos 69 trenes.
FFC ganó el contrato en Riad liderando un consorcio en el que tambiíén forma parte la francesa Alstom y la coreana Samsung. El contrato supondría en Cataluña un negocio de 1.200 millones de euros y la creación de 900 puestos de trabajo en la planta de Santa Perpí¨tua de la Moguda (Barcelona). Por eso, los agentes sociales y, sobre todo, la Generalitat, no quieren que se descarte la planta catalana de buenas a primeras.
Los sindicatos ya han pedido que la Generalitat intervenga. Pero el encuentro de esta semana se va a limitar a los sindicatos y la dirección de la empresa, mientras que la Conselleria de Empresa y Ocupación, que encabeza Felip Puig, se mantendrá al margen. Fuentes cercanas a la Administración catalana, sin embargo, no descartan una mediación de la Generalitat si la negociación embarranca tras este primer contacto entre la multinacional y el comitíé de empresa.
Aprender de la historia
La tradición dice que Felip Puig es especialista en salvar los partidos en el tiempo de descuento. Se acababa de sentar en la silla de conseller cuando le estalló la crisis de Nissan, que amenazaba la continuidad de su única planta en Cataluña si no se le adjudicaba la fabricación del nuevo Almera. Al final, y pese a que Nissan aseguraba lo contrario, la Generalitat llegó a una acuerdo con la multinacional nipona, aseguró el futuro de la factoría de Zona Franca y se garantizó una inversión de 130 millones de euros.
Ahora, con Alstom el conseller aspira a repetir la jugada. Una victoria en el último minuto y con el marcador en contra. Alstom es la asignatura que Felip Puig se ha dejado para septiembre. Si la empresa y el comitíé fracasan, la Generalitat jugará fuerte.
Factoría muy moderna
La planta de Alstom en Cataluña es una de las factorías más modernas del grupo en el mundo, si bien desde la multinacional siempre han denunciado que, a su juicio, el talón de Aquiles son los costes laborales.
En Santa Perpí¨tua de la Moguda trabajan 700 personas. Tiene capacidad para fabricar trenes para líneas de metro y tranvía. Pero necesita que le adjudiquen el nuevo contrato.
Alstom es muy importante en Cataluña. No sólo por la planta de Santa Perpí¨tua, sino tambiíén por ser la sede de Alstom Wind, la filial de energía eólica, que ha entrado en crisis por los cambios regulatorios en las renovables