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El tercer trimestre del año comenzó con cifras poco halagí¼eñas para la economía estadounidense al conocerse hoy un fuerte retroceso de los pedidos de bienes duraderos en julio.
El Departamento de Comercio reportó que el indicador cayó 7,3 por ciento, su mayor descenso en casi un año.
El repliegue, atribuido al deterioro de la demanda de bienes desde aeronaves a computadores y equipamiento de defensa, puso fin a tres meses consecutivos de avances.
La entidad recordó que las solicitudes, que van desde tostadoras hasta aeronaves, treparon 3,9 por ciento en junio.
Asimismo, las ventas minoristas crecieron menos de los esperado en el síéptimo mes del año, un componente seguido muy de cerca por el aporte económico del gasto de los consumidores.
Dichos números, opinan expertos, son un componente esencial ya que el gasto por consumo representa el 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación norteña.
Las medidas de austeridad de Washington y una demanda global más díébil pesaron en la economía estadounidense en la primera mitad del año y los mayores impuestos aplicados, en aras de reducir el díéficit presupuestario, restringieron las compras de las personas.
Acorde con un informe reciente, el PIB avanzó más de lo esperado en el segundo trimestre del año, pero a un ritmo considerado insuficiente para apoyar al sector laboral.
Una estimación inicial del indicador detalló que creció a un ritmo anual de 1,7 por ciento, comparado con el 1,1 precedente, con lo cual superó las estimaciones que apuntaban a una repetición de la cifra.