El comportamiento del dólar si estalla es incierto
CITIGROUP. Tanto desde Reino Unido como ayer el presidente Obama, nos llegaron mensajes de que cualquier intervención militar, si finalmente se produce, no será inminente. Y probablemente limitada. Ayer el Obama consideró que la potencial intervención no resolverá el conflicto existente en el País. Ya veremos.
Sin entrar en las razones y en las consecuencias políticas de la Intervención, lo que sí parece claro es que el riesgo geopolítico vuelve a primera posición en la preocupación de los inversores internacionales. Recuerden que la guerra civil en Siria se inició tres años atrás. Y en otros países árabes, ahora bajo tensión, tambiíén debemos remontarnos a la Primavera árabe con consecuencias aún imprevistas. Cinco años atrás pensar en los riesgos geopolíticos te obligaba a mirar a Corea del Norte como el principal foco de tensión. El origen de la tensión ahora es bien diferente; su principal motivo de preocupación en los mercados, el crudo, es evidente.
Los precios del crudo han subido hasta niveles de 117 dólares por barril, aunque en estos momentos el Brent se sitúa en niveles de 115 dólares. En los últimos meses el precio del crudo ha oscilado entre 100/120 dólares barril. Si tomamos medias anuales, el rango medio de precios ha sido de 105/115 dólares. Ahora estaríamos en la parte alta del rango. Ya síé que algunos analistas alertan de subidas a 150 $ o incluso por encima de este nivel. Sinceramente, es muy complicado ponerle precio a imponderables. Por el momento partamos de la existencia de suficiente oferta de crudo (2 millones de barriles/día desde Arabia Saudí desde 10 millones, máximos que se estiman ahora), niveles elevados de sobrecapacidad e inventarios amplios en el caso de los países desarrollados. Esto debería ofrecer un cierto colchón en caso de conflicto aunque... ¿Quiíén puede limitar los precios en un escenario de pánico? Esperemos simplemente que esto no se produzca.
Es complicado buscar en el pasado pistas sobre la reacción de los mercados en caso de un conflicto similar al que en estos momentos nos atenaza. Desde fuentes gubernamentales sirias se habla de un nuevo Iraq. Rusia habla de la ruptura de un equilibrio en el país (y en la zona) de consecuencias imprevisibles. Es complicado anticiparlo. Pero sí podemos hacer un ejercicio hipotíético combinando reacciones pasadas en un contexto como el actual. El resultado sería:
- Las bolsas reaccionarían mejor una vez que se inicia el conflicto.
- El precio del oro corrige con la intervención.
- El precio del crudo cae previo a la intervención o una vez iniciada.
- El comportamiento del dólar es incierto: en el pasado hemos tenido ejemplos de un dólar al alza y tambiíén a la baja.
El problema de fondo es que, siendo una situación complicada de analizar y anticipar sus consecuencias, la geopolítica ahora se ha convertido (o puede hacerlo) en un detonante para que otros factores de riesgo que han sido infravalorados en el pasado reciente vuelvan a resurgir. ¿Quieren algunos ejemplos? La crisis del Euro, que no deja de ser una crisis política alimentada por un pobre comportamiento macro a su vez generado por la combinación de ajustes de deuda, restricción financiera y deterioro de las expectativas de inversión. Soñar en este escenario con una recuperación fuerte y sostenible se enfrenta al riesgo de que la realidad demuestre que se trata de una recuperación temporal y cíclica. El resto entra en el terreno político. A corto plazo tanto Italia, Francia y la propia Alemania se enfrentan a la necesidad de encontrar un cierto consenso político o elecciones. Por no hablar de la siempre precaria situación en Grecia y en Portugal. Al otro lado del Ocíéano tenemos el cambio de presidencia de la Fed y la necesidad de un acuerdo político para el presupuesto /techo de la deuda. Naturalmente, la Fed debe clarificar su posición en septiembre sobre límites a la compra de activos. Si finalmente lo pospone, la tensión se trasladará a octubre. Y todo ello con unos mercados, especialmente los emergentes, dominados por la combinación de restricción financiera, cambios de modelo económico y mucha incertidumbre. El calendario de datos de China tambiíén pasa a ser algo prioritario para el mercado. Por último, debate sobre la relación precios/valor de los activos financieros.
¿Aversión al riesgo? La volatilidad VIX ayer retrocedió ligeramente hasta niveles de 16,5%, por debajo del 20% que vimos en junio. Pero, ¿hasta quíé punto este es un indicador de riesgo? La intervención de los bancos centrales en los mercados corre el riesgo de desfigurarlos. Esto no es malo, en situaciones de pánico. Pero, a la larga, la vuelta a la normalidad puede ser incluso más costosa que la relativa tranquilidad forzada a nivel oficial. Confiemos en que los bancos centrales sean conscientes de ello. Aunque ayer mismo el nuevo gobernador del BoE dejó abierta la puerta a nuevas medidas expansivas si fuera preciso. El tiempo pasa, aunque no lo parece.
Josíé Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España