Su nombre siempre quedará ligado a la burbuja inmobiliaria. Marcos Fernández Fermoselle supo vender Parquesol en plena cresta de la ola y, desde entonces, ha intentando gestionar los cerca de 800 millones que se embolsó con la operación fuera de luz y taquígrafos.
Pero la normativa de mercados española obliga a hacer públicas una serie de operaciones, entre otras, todas aquellas que supongan superar o rebajar los límites accionariales del 3% y el 5% en cualquier compañía cotizada.
Sin embargo, según los registros oficiales de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el empresario vallisoletano ha rebasado estas barreras en operaciones que no se han conocido hasta ahora.
Aunque desde el entorno próximo a Fernández Fermoselle aseguran que íéstas han sido sobrevenidas fruto de ampliaciones de capital y, por tanto, el empresario no estaba obligado a darlas a conocer de manera inmediata, los documentos registrados en el supervisor del mercado indican que esas afirmaciones no son del todo ciertas.
En concreto, el peso de Fernández Fermoselle en la tecnológica ha descendido desde el 5,18% que comunicó en febrero de 2008, hasta el 2,973% que acaba de hacer público. Sin embargo, no fue hasta este lunes cuando los registros de la CNMV recibieron tanto este cambio como todos los que lleva realizando en 2013.
Ocho meses de ventas
Y es que el pasado 15 de enero, según la información entregada al supervisor, la participación del empresario bajó del 5%. Entonces, dejó de controlar de manera directa el 0,649% de la compañía, equivalente a 191.291 títulos, pero elevó su peso indirecto desde los 1.330.370 acciones que había admitido controlar hasta entonces a travíés de Naropa Cartera, hasta los 1.638.930 títulos que desveló el lunes, equivalentes al 4,281% del capital.
Al hecho de haber tardado ocho meses en comunicar la píérdida del listón del 5% se suma a que las cifras no coinciden con las ofrecidas por la compañía. Según el informe de buen gobierno de Amper, que obliga a la empresa a comunicar las participaciones significativas a cierre de cada año, apenas 15 días antes, es decir, el 31 de diciembre de 2012, su participación era sólo del 3,974%, y sí que incluía sus históricos 191.291 títulos directos, además de los 1.330.370 indirectos.
¿Cómo puede ser que teniendo más títulos dijera que su participación porcentual era menor? Porque a finales de 2012, el capital del grupo se amplió a 38,28 millones de títulos, frente a los 29,45 millones de acciones que había en 2008, cuando comunicó que había superado el 5%.
Pero esto no explica por quíé en las dos primeras semanas de enero Fernández Fermoselle no comunicara que se había quedado por debajo del 5% debido a la dilución de su participación, periodo en el que, además, había vendido su participación directa y había elevado la indirecta.
Desde el entorno del empresario aseguran que al ser un hecho sobrevenido, no está obligado a comunicarlo, pero los documentos de la CNMV señalan que el 15 de enero sí que cayó en posición de tener que comunicar el cambio.
Además, el pasado 27 de julio, justo despuíés de otra ampliación de capital que elevó el número de acciones de la compañía desde los citados 38,28 millones hasta los 40,97 millones de títulos actuales, el empresario volvió a incurrir en supuesto de tener que hacer públicos sus movimientos, ya que bajó del 3%.
En concreto, vendió 64.169 acciones, que dejaron su participación (toda ella indirecta a travíés de Naropa) en 1.218.125 títulos. Según la normativa del mercado de valores, este movimiento debería haberse comunicado en un plazo máximo de 5 días hábiles, frente al mes y una semana que ha tardado en decirlo.
Además, en este tiempo tambiíén realizó ventas que no estaba obligado a comunicar, por no romper ninguna de las dos barreras citadas, y que supusieron la venta neta de otros 48.000 títulos entre enero y julio.
Desde la CNMV declinan hacer comentarios sobre posibles sanciones, ya que señalan que la labor de supervisión del organismo no es pública, pero recuerdan que, según la normativa del mercado de valores, cualquier variación por encima o por debajo del 3% o del 5% se debe comunicar en plazo.