"Rovi quiere estar en sesenta países en menos de cinco años"
Publicado por Juan Marquíés en el Economista
La salida a bolsa de Laboratorios Farmacíéuticos Rovi en diciembre ha marcado "un antes y un despuíés" para este grupo familiar que acaba de presentar unos ingresos ríécord de 115,5 millones de euros. El incremento de las ventas del 13 por ciento en 2007 se ha visto reflejado en una solidez de la acción en el parquíé madrileño que permite a su consejero delegado, Juan López-Belmonte Encina, afirmar que esta empresa es un "valor ganador" y un "refugio" en tiempos de crisis.
Su futuro está bien apoyado en el área cardiovascular con el próximo lanzamiento de su bemiparina para el tratamiento del pie diabíético, la fabricación a terceros de jeringas precargadas y la inversión en I+D.
es una historia de crecimiento y el recorrido que debe tener la compañía como la acción en los próximos años tiene que ser muy importante. De hecho, los resultados del primer trimestre así lo han validado, con un crecimiento del 14% en ingresos. Creo que Rovi es un valor ganador porque los fundamentales de la compañía son muy sólidos y ello nos debería permitir mantener un crecimiento sostenido, independientemente del ciclo en el que se mueva la economía.
¿Cuáles son las claves de este crecimiento?
Lo interesante de Rovi es que antes de salir a bolsa hicimos un esfuerzo inversor muy importante. Con lo cual, no necesitamos ningún factor externo adicional que tengamos que incorporar para potenciar este crecimiento en los próximos tres años. Todos los proyectos de investigación y desarrollo y de nuevos productos de los próximos años son activos adicionales que tendrían que acelerar el crecimiento de la compañía.
¿Descartan las compras?
Lo que es una compra corporativa no está dentro de nuestras prioridades más inmediatas. Estamos analizando diferentes oportunidades dentro de nuestro modelo de negocio y no descartamos que en los próximos meses podamos comunicar algún tipo de operación que pudiese aportar sinergias y adelantar el apalancamiento operativo de la compañía.
¿Cuáles son los planes de comercialización de su antitrombótico estrella?
El objetivo es global, estar en más de 60 países en un periodo de tres a cincos años. Ahora llegamos a cerca de 30 países. La bemiparina está en proceso de registro en 22 países y este año se lanzará ya en 12 países.
¿Pueden ser las nuevas indicaciones de su bemiparina un salto cualitativo para la compañía?
Sin duda, es uno de los grandes atractivos. Tenemos un negocio recurrente de farma y fabricación a terceros, que crece a doble dígito, y por otro un potencial de I+D muy fuerte, con proyectos a corto plazo y medio y largo plazo. El primer hito importante será el lanzamiento de las nuevas indicaciones de bemiparina, especialmente el proyecto de pie diabíético, que puede aportar una fuente de ingresos importante, ya que su mercado potencial es de 1.000 millones de dólares.
¿Cuándo podrá estar en el mercado?
Estamos inmersos en la Fase III. Esperamos tener los datos disponibles para el segundo trimestre de 2009 y, a principios de 2010, se podría registrar en España, en 2011 en el mercado europeo y en 2012 en Estados Unidos.
¿Cuánto dedican a la I+D?
Nuestro compromiso con la bolsa es destinar entre el 6 y el 8% de nuestras ventas a I+D. Trabajamos con principios activos conocidos, que te permiten no tener que invertir grandes recursos a la parte de I+D y reducir el coste.
¿Quíé trabas están encontrando para esta inversión?
En España se ha dado un paso muy importante. Hay una concienciación en la clase política de que el I+D tiene que ser el futuro si realmente queremos estar en la lista de los primeros. Hoy en día, lo que hay en España es una escasez de proyectos de I+D, hay más recursos económicos que proyectos. Por eso, las autoridades tienen que cuidar a las compañías que estamos volcados en este campo.
Por último, ¿quíé esperan del plan sectorial que Farmaindustria negocia con el Gobierno?
Esperamos grandes cosas. Necesitamos un marco regulatorio muy estable, transparencia en los acuerdos y menos trabas burocráticas para poder realizar las inversiones. El I+D va ligado a las patentes, por eso hace falta un sistema de protección industrial en línea con Europa, porque es la máxima garantía para que la industria invierta.