Objetivo: sostener la incipiente recuperación económica. Esa es la ‘orden’ que ha dado el Ministerio de Hacienda a los órganos gestores de la Administración a la hora de elaborar el anteproyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2014, y que deberá aprobar el Consejo de Ministros el próximo 27 de septiembre.
¿Quíé quiere decir esto? Pues que si en 2012 y 2013 el objetivo prioritario del Gobierno era reducir el díéficit público, en 2014 se trata de mantener un equilibrio entre reducción del desequilibrio fiscal y el crecimiento económico. O lo que es lo mismo, la orden del ministro Montoro es que no se toquen con nuevos ajustes las partidas de mayor carácter procíclico. Es decir, aquellas que dañan más el crecimiento.
Este nuevo mandato tendría tambiíén un segundo objetivo: frenar la sangría de votos que muestran los últimos sondeos. De acuerdo con una encuesta del diario El País, el PSOE habría alcanzado al PP en intención de voto. "Es el momento en que vamos a empezar a remontar. Para poder remontar tienes que tocar fondo y eso es lo que yo creo que se está produciendo ya", recalcó ayer Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso.
En palabras del Programa de Estabilidad 2013-16 enviado a Bruselas, el objetivo es “minimizar las reducciones de díéficit en aquellos agentes cuyo saldo tiene una mayor sensibilidad cíclicaâ€. En particular, la Seguridad Social, que aun así tendrá el año que viene, según las previsiones del Gobierno, un díéficit equivalente al 1,1% del producto interior bruto. Por el contrario, la reducción del peso del gasto público en el PIB se producirá, fundamentalmente, en el consumo público, que tendrá una evolución descendente hasta 2016, mientras que las prestaciones sociales (impulsadas por el desempleo y las pensiones) seguirán creciendo (hasta el 18,9% del PIB en 2014), aunque a partir de este año su peso en dicho índice irá descendiendo.
Este equilibrio entre ajuste fiscal y crecimiento es lo que explica en parte las nuevas previsiones económicas sobre España, más optimistas que las anteriores. En concreto, las estimaciones de Funcas apuntan a que si en 2012 el gasto público cayó un 4,8% respecto del año anterior -los primeros recortes del PP-, en 2013 esta partida caerá un 2,1%. Para 2014, sus estimaciones pasan por que el gasto público descienda ya apenas un 1,6%.
Sin duda, el mayor margen concedido por Bruselas a España para alcanzar el 3% del díéficit en 2016 está detrás de esta relajación. De hecho, el techo de gasto del Estado (133.259 millones) crecerá el año próximo un 2,7%, aunque si se excluyen las principales partidas procíclicas, Seguridad Social y desempleo, el gasto público caerá un 1,3%, en línea con el deflactor del PIB: un 1,4%. O dicho en otros tíérminos, el gasto del Estado vuelve a crecer lo mismo que la economía en tíérminos reales, algo que ayudará a que el consumo privado (el principal componente del PIB) se estabilice en 2014 (crecimiento nulo). Es decir, ya no detraerá crecimiento.
Sueldo de los empleados públicos
Según las previsiones del Gobierno, el consumo público caerá este año 2013 un 4,4%, claramente por encima del -2,9% estimado para el año próximo, lo que refleja que los recortes perderán intensidad (nada de rebajar el sueldo a los empleados públicos) en aras de salvar el crecimiento. De hecho, el díéficit esperado se sitúa en el 5,8% del PIB, apenas siete díécimas menos que el previsto para 2013. Y eso que la economía crecerá por primera vez en dos años, lo que significa que el esfuerzo estructural para reducir el díéficit será claramente inferior al registrado en los primeros años de Gobierno de Mariano Rajoy.
La importancia de este componente es muy relevante debido a que el consumo público representa nada menos que el 20% del producto interior bruto (207.673 millones en 2012), lo que significa que influye decisivamente en la evolución de la actividad. De hecho, desde 2010 -sin contar los datos del actual ejercicio- el gasto en consumo de las Administraciones Públicas -fundamentalmente en pagar nóminas y gastos de mantenimiento (bienes intermedios)- se ha reducido en nada menos que 16.878 millones de euros, lo que explica en buena medida que la economía volviera a la recesión. Aun así, si la comparación se hace con el año 2008, al comienzo de la crisis, el resultado es que con base 100 en ese ejercicio, el consumo público se situaría todavía en 99,8 puntos, según el Ministerio de Economía. Por lo tanto, apenas se habría reducido debido a las medidas de estímulo aprobadas en tiempos de Rodríguez Zapatero.
En aquellos momentos había en Europa un intenso debate -ahora desaparecido- sobre la necesidad de proseguir con los ajustes fiscales o impulsar políticas de crecimiento, y esa es la dicotomía que quiere superar el ministro Montoro con una política de recortes menos agresiva para salvar el aumento de la actividad derivado de la recuperación europea y el mejor clima de confianza de los agentes económicos. Un cambio de estrategia de planes económicos que, en todo caso, coincide en el tiempo con el hecho de que tanto en 2014 (europeas) y 2015 (locales, autonómicas y generales) se vayan a celebrar elecciones.