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Autor Tema: Ronda de expertos: otra vuelta de tuerca a la austeridad y una reforma fiscal  (Leído 140 veces)

Eguzki

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Ya van varios años en los que la palabra austeridad imprime el carácter de los Presupuestos Generales del Estado. Los de 2014 no serán una excepción, según los analistas, que creen que esta vez, eso sí­, habrá que cumplir con el objetivo de díéficit y planificar una gran reforma impositiva.


Marcan el pistoletazo de salida del curso económico. Los Presupuestos Generales del Estado escriben una parte muy importante del guión del próximo año. El próximo 27 de septiembre, el Gobierno aprobará en Consejo de Ministros. Su principal objetivo parece claro: abandonar definitivamente la recesión. El Ejecutivo ya ha anunciado que el gasto máximo autorizado ascenderá a 133.259 millones de euros, frente a los 126.792 millones de este ejercicio. Aproximadamente el 80% del Presupuesto nace comprometido, según los analistas, pero con el 20% restante hay cierto margen de maniobra. El proyecto de ley se basará, según se aprobó, en una estimación de crecimiento del 0,5% (este año retrocederá un 1,3%, de acuerdo con estos datos) y un nivel de díéficit público del 5,8% del producto interior bruto -PIB- (frente al 6,3% del PIB estimado para este ejercicio, que muchos analistas ponen en duda su cumplimiento). Necesariamente austeros... Más allá de estos grandes números, ¿cómo deben ser las partidas del libro amarillo para lograrlo? Los analistas apuntan a dos caminos: por un lado, ahondar en la senda de la consolidación fiscal y, por otro, darle una vuelta al sistema tributario para impulsar los ingresos. Con este último objetivo, el Gobierno ya ha creado un comitíé de expertos, que está realizando un informe y presentará a principios del año que viene. Lo que parece claro es que resultará clave para su elaboración el grado de cumplimiento de lo previsto en las cuentas 2013. Según Santiago Carbó, catedrático de Economí­a de la Bangor Business School (Reino Unido) y de la Universidad de Granada e investigador de Funcas, los presupuestos deben ser “necesariamente austeros. La recuperación económica será por fuerza díébil [el Gobierno cree que en el tercer trimestre habrá ya crecimiento del PIB despuíés de menguar un 0,1% en el segundo y acumular nueve trimestres en negativo] y la meta de consolidación fiscal sigue requiriendo un esfuerzo muy importante”. En la misma dirección apunta David Taguas, director del Instituto de Macroeconomí­a y Finanzas de la Universidad Camilo Josíé Cela. Según sus cálculos, los presupuestos deben incorporar un ajuste o esfuerzo fiscal de 1,5 puntos del PIB, equivalente a 15.304 millones de euros corrientes de 2013 (partiendo de unas cifras de díéficit para este año del entorno del 7,2% del PIB, algo por encima del previsto pero acorde a la evolución de los ingresos y gastos que llevamos a estas alturas de año). El economista que estuvo al frente años atrás de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno cree que este ajuste es factible, pero los presupuestos “deben diseñarse de una forma virtuosa, es decir, que el ajuste se centre en el gasto no productivo”. Su receta: la inmediata reducción de los tipos impositivos. “Deberí­an revertirse de forma inmediata las subidas de los tipos marginales del IRPF llevadas a cabo desde el inicio de la crisis de deuda soberana y tambiíén algunas de las medidas de Sociedades que están lastrando enormemente la actividad y el empleo. Y además de deberí­a eliminar definitivamente el Impuesto sobre el Patrimonio, que penaliza extraordinariamente el ahorro de las familias”, explica. La gran reforma fiscal Para J. Ignacio Conde Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economí­a Aplicada (Fedea) y profesor de la Universidad Complutense, tambiíén es clave reformar el sistema fiscal para aumentar la recaudación. “Debe ser una reforma que no dañe al crecimiento, para ello hay que reducir los tipos y eliminar deducciones. Además, hace falta un plan creí­ble de consolidación fiscal 2013-2016. Tambiíén serí­a útil la puesta en marcha de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal”, asegura. Por su parte, Joaquí­n Maudos, catedrático de análisis económico de la Universidad de Valencia e investigador del Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas), que tambiíén ve necesario el giro fiscal, apunta a la reforma pendiente de las Administraciones Públicas y a la necesaria mejora de la eficiencia del gasto público “fomentando la evaluación de las polí­ticas públicas para evitar los despilfarros del pasado en autopistas, AVE, aeropuertos, etc.”. Los analistas tambiíén coinciden en señalar que hay partidas intocables que deben permanecer al margen de los ajustes: las dedicadas a investigación o a educación, que impulsan la productividad a largo plazo y comprometen el futuro del paí­s. Jorge Malfeito, profesor de Economí­a Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ve, además, fundamental “dotar suficientemente aquellas partidas orientadas a sufragar las polí­ticas activas de empleo y las ayudas al emprendimiento y a los desempleados de larga duración con el objetivo de aliviar el fuerte desempleo que sufre la economí­a española”. Contexto general En un contexto más general, Taguas sostiene que “para poder cumplir los objetivos anteriores, los presupuestos de 2014 deberí­an estar enmarcados en un plan plurianual, 2014-2016, que constituyera un nuevo proceso de consolidación fiscal”. Dentro de este plan, sostiene, se deberí­a abordar una reducción del gasto hasta el 41% del PIB en 2016. “El incremento del ahorro público permitirí­a la reducción de impuestos, que favorecerí­a el ahorro de las familias” e impulsarí­a la inversión. Carbó, por su parte, advierte de que para salir de la crisis tambiíén es importante el apoyo europeo. “Un paí­s de la periferia continental difí­cilmente puede por sí­ sólo, con sus presupuestos, encauzar la salida de la crisis. Esta salida es una combinación de sacrificios pendientes (reducir la deuda privada o terminar el ajuste inmobiliario, por ejemplo), de restaurar la estabilidad financiera por completo y de persistir en las reformas. En todo caso, los presupuestos deben ayudar a hacer esa transición en mejores condiciones y con el equilibrio distributivo más adecuado”. En pocos dí­as sabremos sin van en esa dirección.