La cifra, a pesar de ser de entidad, es considerada como buena por la Administración ya que se priorizaba levantar las compañías y no obtener plusvalías con la entrada en el capital de General Motors y Chrysler cuando entraron en bancarrota en 2009.
Costó y mucho a la Administración estadounidense tomar la decisión de inyectar 85.000 millones de dólares (64.000 millones de euros) para evitar el derrumbe de su industria automovilística. El proyecto de ayudas se enquistó en el Senado por la fíérrea oposición de los republicanos y fue el Tesoro, comandado por Henry Paulson, quien tomó la iniciativa. Esto ocurría en 2009 con dos de las tres grandes de Detroit en serios apuros financieros. Chrysler y General Motors fueron las beneficiarias del grueso de ayudas con el compromiso de devolución en el momento que ambas estuvieran saneadas. En apenas cuatro años, el Tesoro de EEUU, ahora dirigido por Jack Lew, ha salido por completo de Chrysler controlada por el grupo italiano Fiat, y ha reducido su participación al 7,3% en General Motors. Ambas compañías caminan por la senda de los beneficios gracias al impulso en las ventas en EEUU, donde ambas baten ríécords de hace más de cinco años. El Tesoro confirmó ayer mismo su reducción al citado 7,3% del capital de General Motors al haber vendido 110 millones de acciones entre el 6 de mayo y el 13 de septiembre de 2013, lo que le ha procurado unos ingresos de 3.820 millones de dólares (2.870 millones de euros), según documentos oficiales. Tras estas desinversiones, la Administración que dirige Obama mantiene 101 millones de acciones, que estima vender antes de marzo del año que viene. El Tesoro se hizo con una participación del 60,8% de General Motors al inyectar 49.500 millones de dólares (37.220 millones de euros al cambio actual) para permitir a la empresa emerger de la suspensión de pagos, en el año 2009. Los títulos de General Motors cerraron la sesión del martes a un precio de 36,71 dólares, lo que supone valorar la participación del Estado en unos 3.700 millones de dólares (2.780 millones de euros). A este precio, el Tesoro perdería 6.600 millones de dólares (4.960 millones de euros) de su inversión inicial en GM. Fuentes del Departamento del Tesoro admiten que el Gobierno estadounidense no recuperará 15.000 de los 85.000 millones de dólares (11.280 de los 64.000 millones de euros) destinados al rescate a la industria automovilística, incluyendo Chrysler, pero añaden que "el objetivo era salvar puestos de trabajo, no generar plusvalías".