Por JOSU GARAI · Enviado especial a Ponferrada
Despuíés de las dos etapas tan intensas que vivimos el fin de semana, los corredores necesitaban un poco de respiro. Sin embargo, los directores, quizá porque van en coche, y por tanto más descansados que ellos, aún tienen fuerzas y, afortunadamente para todos, aficionados y medios de comunicación, ganas de políémica, porque a falta de cosas mejores un ambiente de políémica por lo que sucedió el domingo en el final de Fuentes de Invierno es lo que ayer se vivio en la Vuelta.
Así, mientras ílvaro Pino insistía en la “falta de colaboración de Contador y Leipheimer con Ezequiel Mosqueraâ€, Johan Bruyneel respondía al gallego diciendo que “no tengo ningún remordimiento de conciencia, hicimos lo que teníamos que hacerâ€.
Cabreo mayúsculo de Pino
El cabreo del director del Xacobeo-Galicia había llegado a tal punto en la tarde del domingo, que incluso llegó a desear que Contador perdiera la Vuelta por 10 segundos. “No le deseo nada malo, pero si perdiera por un puñado de segundos se daría cuenta del error que cometieron en San Isidro. No les critico que ganaran la etapa, porque no queremos que nadie nos regale nada, pero sí la actitud, porque por lo menos uno de los dos debía haber relevadoâ€.
Pino no acepta el hecho de que Contador obedeciera órdenes de equipo. “Con 25 años ya debería tomar decisiones solo. Hago reverencias por la forma como ganó el año pasado el Tour, este año el Giro y, entre otras cosas, la etapa del Angliru. Síé que es el mejor corredor para grandes vueltas, pero la actitud que tuvo el domingo no la entiendoâ€. Y recuerda lo sucedido en la primera etapa de la Vuelta al País Vasco de este año. “Contador ganó la etapa de forma extraordinaria, pero cuando iba con Ezequiel le pidió relevos y íéste, aunque iba muerto, se los dioâ€.
Y al final Bruyneel entró al trapo
Bruyneel no quería entrar al trapo, pero al final, tras conocer las declaraciones de Pino, entró. “Mis corredores no dieron relevos porque Levi iba al límite y de hecho cuando llegamos con el coche iba haciendo la goma. Además, habíamos anunciado que no teníamos ninguna intención de sacar más tiempo, sino defender lo que teníamos. Si Mosquera atacó, fue para intentar distanciar a Sastre, y íésa no era nuestra guerraâ€.
El belga había finalizado su discurso, pero supo que Pino había anotado este hecho en su agenda, “la que no se borra", había dicho el gallego, y se puso a su altura. “Sobre la libreta, mejor no hablamos, porque yo tambiíén tengo una. Y a lo mejor algunos están en ella desde hace muchos añosâ€.