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Al menos nueve mil 665 agencias bancarias públicas y privadas brasileñas amanecieron cerradas en el quinto día de un paro indefinido, decretado por sus empleados en demanda de aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo.
Se trata del 45 por ciento de las 21 mil 500 sucursales de bancos de los 26 estados y el Distrito Federal de Brasilia que están sin ofrecer servicios debido a la huelga, afirmó el presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores del Ramo Financiero (Contraf), Carlos Cordeiro.
Destacó el crecimiento del número de parados, pues la víspera el 41,9 por ciento de las agencias estaba en paro y ahora esa cifra aumento, lo cual evidencia en descontento de los trabajadores con sus directivos.
Cordeiro reiteró el reclamó del gremio que solicitó un 11,93 por ciento de ascenso de los sueldos, así como un alza del salario mínimo, el fin de los despidos, mejores condiciones de trabajo, más seguridad y más posibilidades de empleo para los afrodescendientes.
Los banqueros persisten por su parte en su propuesta de ofrecer un incremento de los sueldos del 6,1 por ciento, lo que equivale a las píérdidas de este año por el aumento de la inflación.
Además de la paralización, en las ciudades de Sao Paulo, Río de Janeiro, Fortaleza, Belo Horizonte y Salvador, entre otros, los trabajadores de bancos realizaron la víspera marchas y movilizaciones en reclamo de sus reivindicaciones.
El líder de la Contraf instó asimismo a los huelguistas a mantenerse firmes ante la intransigencia de la Federación Nacional de Bancos (Fenaban) que descarta hasta el momento negociar con los trabajadores del sector.
En Belo Horizonte, estado de Minas Gerais, cientos de personas se concentraron en el centro de esa capital estadual, mientras en Río se registro una marcha que salió de la Candelaria, hasta el Teatro Municipal.
Según un informe del 2010 del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (DIEESE), el 10 por ciento de las personas más ricas de Brasil tiene un ingreso promedio 39 veces mayor que la del 10 por ciento más pobre.
En el caso de los banqueros, la investigación muestra la concentración de riquezas es aún mayor, lo cual corrobora la creciente desigualdad reinante en esta nación.