A Muñiz Fernández no se le mueve ni un pelo. Esa gomina es infalible. Lo que sí se le fue de las manos fue el partido desde que no se atrevió a sacar a Ramos una indiscutible segunda amarilla. Cristiano había abierto la lata de falta en la segunda mitad y el Elche había respondido en el 92'. En la última jugada el resultado, justo visto lo visto, saltó por los aires. Muñiz pitó un penalti de Carlos Sánchez a Pepe que no lo pareció y CR no perdonó desde el punto de penalti. No falló y mantuvo al Madrid a dos del Barí§a y del Atleti con la colaboración del árbitro. Cuesta hacerlo peor.