Desde 2003, Sony ha eliminado casi 60 mil puestos de trabajo. / Bloomberg
Según Yoshinori Onoue, para diseñar el televisor perfecto hace falta algo más que conocimientos de ingeniería. Se requiere el ojo de un artista.
“Hay una tela en la que uno pinta el cuadro, y eso es el panel. Tiene que estar absolutamente limpioâ€, explicó el veterano ingeniero de Sony Corp. “Despuíés se aplican los coloresâ€, dijo al describir los tres años que llevó perfeccionar el contraste y la nitidez. “No existe una ecuación para esoâ€.
Cuando Onoue y su selecto equipo de ingenieros, muchos tambiíén antiguos empleados de Sony, lograron lo que buscaban, tiró el viejo televisor que tenía en el dormitorio y lo cambió por una de sus últimas creaciones. HiVi, la versión japonesa de la Revista del Consumidor, este verano calificó al modelo de 32 pulgadas como el mejor por calidad de imagen.
Una victoria para la ingeniería de Sony. No para Sony. ¿El logo que aparece en el aparato pertenece al nuevo empleador de Onoue? LG Electronics Inc.
El ex director de la división de pantallas de Sony es uno de los centenares de ingenieros responsables de productos exitosos que se fueron de la compañía durante una díécada de reducciones de costos que agriaron una cultura de asunción de riesgos en otro tiempo cíélebre. Ante píérdidas anuales ríécord de 4 mil 600 millones de dólares, una de las primeras medidas de Kazuo Hirai como nuevo presidente el año pasado fue eliminar otros 10 mil puestos de trabajo, llevando la cifra a casi 60 mil desde 2003.
“Están echando ingenieros como si fuera una especie de liquidaciónâ€, dijo Onoue. “Es un gran error. Se necesita buena gente para fabricar buenos productosâ€.
La fuga de cerebros pone en peligro la misión de Hirai de revitalizar la emblemática marca que nos dio los discos compactos, los televisores color Trinitron y el Walkman, el reproductor portátil con que Sony revolucionó el mundo en 1979. Tambiíén le ha dado una ventaja a rivales como LG, su hermano mayor de Corea del Sur, Samsung Electronics Co. y Hon Hai Precision Industry Co. de Taipei.
“No hay nadie en los altos niveles de dirección que entienda lo perjudicial que es la sangría tecnológicaâ€, señaló Yasunori Tateishi, cuyo libro de 2011 “Goodbye Our Sony†fue el noveno que escribió sobre la trayectoria de la compañía, que pasó de ser el fabricante de aparatos de consumo más valioso de Asia a convertirse en una empresa del montón que vale la díécima parte de Samsung. “¿Adónde van esas personas cuando dejan la empresa?â€
Sony, por su parte, considera que sus ingenieros son su activo más importante y está reforzando las medidas para retener el talento en áreas que son cruciales para sus estrategias de negocios, dijo Mami Imada, portavoz de Sony en Tokio.
“Bajo la dirección de muchos altos ejecutivos con formación en ingeniería, Sony está reforzando la investigación y el desarrollo que pueden llevar a nuevas empresas, acelerar la innovación y crear tecnologías de próxima generaciónâ€, afirmó la portavoz.