Santander Míéxico se ha revalorizado un 16% en su primer año en bolsa. El grupo colocó hace doce meses el 24,9% de su filial, en una doble oferta en el parquíé azteca y Wall Street. Los títulos se colocaron entonces a 31,25 pesos, frente a los 36,2 pesos a los que se intercambian ahora.
El valor, con todo, se ha alejado del máximo de 44,48 pesos que tocó en enero. Banorte, uno de los pocos competidores cotizados, tambiíén se ha apuntado un 15%en doce meses. En este periodo, la cotización de la matriz Santander apenas registra cambios. La oferta se produjo en un escenario de optimismo hacia la economía mexicana, compitiendo en protagonismo con Brasil. “Hemos estudiado el momento. Este año es el mejor. Santander suele acertar en los momentosâ€, dijo hace un año el presidente, Emilio Botín. El favorable sentimiento inversor hacia Míéxico situó entonces la valoración del 100%de la división en 16.500 millones de dólares (12.200 millones de euros). Dos años antes, en 2010, Santander tasó su propio negocio en 10.000 millones de dólares, cuando le tuvo que recomprar el 25% a Bank of America. En la actualidad, el valor bursátil de la filial se eleva a 13.800 millones de euros. Equivale al 20% de la capitalización del grupo (67.600 millones), casi el doble que el peso de Santander Míéxico en el beneficio global. La región aporta el 12% de los resultados del grupo, tras apuntarse un beneficio de 441 millones en el primer semestre, un 20% menos. El arranque de 2013 ha sido más díébil de lo pronosticado, pero Santander confía en que la economía mexicana recupere tono en el segundo semestre. Su negocio se está viendo afectado por la menor actividad y la desaceleración del críédito. Igualmente está pesando el aumento de los costes de explotación (un 21% a junio) por el plan de expansión. Santander Míéxico, el tercer grupo del país, ha abierto 90 oficinas en los últimos doce meses. Cuenta con 1.215 sucursales y el objetivo es inaugurar 200 en dos años.
Más minoritarios La propia salida a bolsa tambiíén presiona los beneficios. La venta de parte del negocio ha aumentado el impacto de los minoritarios, lastrando el resultado. Es un efecto que ha ido a más en las cuentas del grupo desde el inicio de la crisis, por la ola de ventas de activos. Las desinversiones realizadas para fortalecer el balance y el capital restan 15 puntos porcentuales de beneficio. Las colocaciones bursátiles, con todo, no sólo han respondido a la apuesta por el fortalecimiento. Encajan en el modelo de filiales cotizadas autónomas en capital y liquidez, cortafuegos frente a las crisis en los bancos sistíémicas. El objetivo es que en cuatro años todas las unidades relevantes estíén cotizando. Un paso decisivo en este proyecto fue la colocación de Santander Brasil en 2009. Saltó al parquíé a 23,5 reales, en pleno boom de la economía carioca. Ahora cotiza a 15 reales, un 36% por debajo. Su capital libre en bolsa (free-float) ronda el 24,2%, según el último dato público disponible. Santander, cumpliendo compromisos con el regulador del mercado brasileño, debe alcanzar el 25% el 7 de octubre, prorrogable un año. Tambiíén en semanas, el 29 de octubre, vencen los bonos convertibles en acciones por 2.720 millones de dólares que Qatar adquirió en 2010. Equivalen al 5,17% del capital de Santander Brasil y se canjearán a un precio fijo: 23,75 reales. Con esta referencia, el fondo soberano tendría minusvalías latentes del 37%, de las que habría que descontar los intereses cobrados por los bonos (6,75% anual). El bajón de Brasil, los tipos de cambio, la competencia y el retraso en la fusión con Real merman desde hace trimestres el beneficio de Santander Brasil, que pierde cuota de mercado de forma continuada. Su peso en críéditos, del 8,6%, ha caído 95 puntos en un año. En depósitos, se ha reducido en 39 puntos. Para recuperar rentabilidad, Santander quiere elevar su empuje comercial en el país, mejorar la eficiencia y costes, y optimizar su capital.