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Autor Tema: Guindos planta cara a Merkel: pide unos test de estríés en la UE como los  (Leído 138 veces)

Eguzki

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El Gobierno español se ha atrevido a plantar cara a la reelegida canciller alemana, Angela Merkel, por primera vez desde que Zapatero tuvo que dar el famoso giro a su polí­tica económica en mayo de 2010. El encargado de lanzar el desafí­o ha sido el titular de Economí­a, Luis de Guindos, que ha lanzado un torpedo al punto díébil de la Alemania que ha impuesto su polí­tica de austeridad a la dí­scola Europa perifíérica: la banca. Si hay algo de lo que puede presumir España respecto a su reforma financiera es la transparencia y el rigor de los test de estríés realizados el año pasado para determinar el volumen del rescate europeo. Y ahora nuestro Ejecutivo pretende que esa seriedad se traslade al ejercicio que pretende realizar el BCE con la banca de la zona euro antes de asumir las competencias de supervisor único. Algo a lo que no está dispuesta Alemania (ni Francia ni Italia), pero que puede convertirse en realidad tras el órdago español.

"Nuestra prioridad es que el ejercicio de revisión de los activos de la banca y el posterior test de estríés tengan el mismo nivel de transparencia, luz y taquí­grafos que el que se ha realizado con la banca española, y por eso apoyamos que se utilicen evaluadores independientes como aquí­", declaró el ministro el miíércoles en la clausura de una jornada celebrada por el FROB con inversores internacionales. Todo un desafí­o, puesto que sabe perfectamente que los grandes paí­ses europeos son muy reacios a ese ejercicio de transparencia, empezando por Alemania.

Como se puso de relieve en el reciente debate organizado por El Confidencial entre Josíé Manuel González Páramo (exconsejero del BCE) y Daniel Lacalle, Alemania es el paí­s más reticente a la unión bancaria que tanto ansí­an las naciones perifíéricas, porque teme que signifique que tenga que pagar los rescates de toda la banca europea en el futuro. De ahí­ que haya intentado reducirla a su mí­nima expresión y limitado todo lo posible las exigencias españolas: los depósitos sólo estarán totalmente protegidos hasta 2018 y gracias a las derramas entre los bancos sanos, y la recapitalización directa retroactiva (que es lo que pretendí­a España) no se aplicará por defecto, aunque tampoco se descarta.

Esas reticencias explican que el paí­s germano haya impuesto que el BCE sólo supervise los bancos con activos superiores a 30.000 millones (o el 20% del PIB del paí­s de origen) y que el resto se mantengan bajo supervisión nacional. Eso significa que, en España, todas las entidades salvo las cooperativas vayan a ser supervisadas por el BCE por el tamaño alcanzado en el proceso de concentración, mientras que en Alemania (donde el sector financiero está extraordinariamente atomizado), el grueso de sus bancos regionales se mantendrá bajo control nacional.

Y dado que esas entidades no van a pasar al supervisor único europeo, no tiene sentido que se sometan a la revisión de activos y a los test de estríés pensados para los que sí­ van a hacerlo, según la lógica alemana. No hay que olvidar que ya retiró a varios de sus bancos principales en los test de la EBA de 2011, de forma que Alemania fue el paí­s con un menor porcentaje de su sistema examinado (claro que eso dio lo mismo dado el desastroso resultado de ese ejercicio, donde aprobó el grueso de nuestra banca). 

Merkel no está sola

Según una fuente conocedora de la situación, "en Alemania están convencidos de que el test va a ser muy light y no va a sacar los colores a sus entidades, porque con tanta oposición va a ser muy difí­cil hacer un ejercicio serio", concluyen. De hecho, el aplazamiento de estos test desde el último trimestre de 2013 al primero de 2014 es otra señal de la imposición de las tesis alemanas. Porque, además, Merkel no está sola en esta batalla. Ni Francia ni Italia quieren que los test de estríés sean muy rigurosos para que no aireen las vergí¼enzas de sus propios bancos.

En ambos casos, sobre todo el francíés, esta reticencia está justificada por la enorme exposición al riesgo que tienen sus bancos y que apenas han reducido en los últimos años, frente al fuerte desapalancamiento de los españoles. En cuanto a los italianos, "se encuentran en una situación de negación de la realidad como la que tení­a la banca española antes del desastre", explican las fuentes citadas. "Y lo peor es que suelen salirse con la suya, entre otras cosas porque Mario Draghi es italiano".

Oliver Wyman hará los test en toda la zona euro

Ante esta situación, Guindos ha decidido poner los puntos sobre las í­es y lanzar un desafí­o al resto de paí­ses. Si España, con un sistema financiero tan cuestionado internacionalmente, ha hecho este ejercicio de forma tan rigurosa y transparente, por quíé no van a hacerlo igual otros paí­ses con una banca teóricamente más sólida, es el mensaje del Gobierno español. Un mensaje que ha sido adoptado de forma entusiasta por la Comisión y el Parlamento europeos, los principales impulsores de la unión bancaria junto a los paí­ses perifíéricos.

De momento, Guindos ha conseguido una primera victoria. Oliver Wyman, la consultora que ejecutó los test españoles del año pasado, ha sido seleccionada por el BCE para repetir el ejercicio en los 17 paí­ses de la zona euro. Por cierto, se ha cambiado el nombre al Asset Quality Review (AQR, revisión de la calidad de los activos) por Balance Sheet Assessment (BSA, evaluación del balance). No obstante, eso no garantiza a priori un rigor similar, puesto que "Oliver Wyman cumplirá el mandato que le díé el BCE, que no tiene por quíé coincidir con el que le dio el Gobierno y el Banco de España", según una fuente cercana a la consultora. Dependerá de si Merkel acepta finalmente el desafí­o de Guindos o no.