Publicado el 28/08/2008, por A. Marimón
Los sindicatos creen que la mayoría de los fabricantes de automóviles seguirán los pasos de General Motors e irán reduciendo la producción de sus plantas instaladas en España, ante el evidente estancamiento de los principales mercados europeos de exportación.
Las plantas españolas del automóvil se enfrentan a un fin de año muy complicado tras constatarse que la ralentización de la demanda de coches se extiende imparable, como una mancha de aceite, por todo el Viejo Continente.
Hasta ahora, la poderosa industria española del motor, la tercera productora de automóviles de Europa con 70.000 empleos directos, había mantenido el tipo, pese al desplome del mercado interno en un 20%, gracias al empuje de sus principales mercados de exportación. Más del 80% de los coches que se fabrican en España se venden fuera de sus fronteras.
La situación ha dado un giro de 180 grados a medida que sus grandes clientes entraban en recesión. La economía de la zona euro se contrajo entre abril y junio el 0,2%, empujada por los descensos del 0,5% en Alemania y del 0,3% en Francia, y la relentización en Reino Unido o Italia, además de la propia España. La crisis financiera internacional, que ha reducido los críéditos que conceden los bancos, unida al alza del precio de las materias primas, como el crudo, está dinamitando uno de los mayores ciclos expansivos de la economía.
Ritmo de fabricación
El primer aviso de lo que se avecina lo ha dado General Motors, que esta semana ajustó a la baja el ritmo de fabricación de su factoría de Zaragoza, la más grande del grupo, por la caída de la demanda. En total, dejará de montar 12.000 coches, hasta 465.000 vehículos.
Seat, por su parte, ya ha comunicado internamente a sus sindicatos que la cifra inicialmente prevista de 444.000 vehículos producidos en su fábrica de Martorell se verá reducida a 425.000 unidades por ajustes en su calendario laboral, según explica Matias Carnero, presidente del comitíé de empresa de Seat, informa Olga Grau.
“Nos espera un 2008 y un 2009 muy difícilesâ€, señala Carnero. La compañía automovilística española, cuyas ventas en Europa han caído un 6,3%, ha lanzado este año la nueva versión del Ibiza y prepara el inicio de la producción de la berlina Exeo.
“Es probable que se produzcan la reorganizaciones de producción en otras plantas españolas teniendo en cuenta, además, que partimos de niveles ríécords de fabricaciónâ€, señala Rogelio Luis Mena, máximo responsable de automoción de UGT.
Anfac, la asociación española de fabricantes de coches, ya retocó a la baja, en julio, sus estimaciones de producción para 2008 al detectar los primeros síntomas de crisis en los grandes mercados europeos. La organización prevíé, ahora, mantener las cifras de 2007, en torno a 2,9 millones de vehículos fabricados, cuando a principios de año esperaba crecer un 2%, pero advierte que la cifra final podría empeorar si se deteriora más la situación. Hasta junio, la producción de las quince plantas de coches instaladas en España descendió un 1,78%, tras un retroceder un 15% en junio por efecto de la huelga de transportistas.
Evolución
El principal problema es que nadie es capaz de prever comó evolucionará la demanda de automóviles en Europa. “En mayo, era impensable que General Motors tomara una medida similar. La cartera de pedidos de las plantas estaba llena pero en los últimos meses todo ha dado un vuelco, lo que ha obligado a revisar a la baja las previsiones de producción de todas las factorías europeas, incluida la de Zaragozaâ€, subraya una fuente sindical cercana al gigante americano.
“A día de hoy, no esperamos cambios en las fábricas de Renault España, pero es evidente que la situación en Europa va mal. Hay que hacer previsiones casi día a día porque es imposible una estimación de fabricación de aquí a final de añoâ€, señalan en la filial española de la compañía francesa.
El resto de fabricantes con plantas en España no tiene, por ahora, planes de retocar la marcha de sus factorías españolas.
Mercado interno
Los expertos coinciden en que el deterioro del mercado domíéstico se mantendrá en los próximos meses, tras cerrarse el peor mes de julio desde 1997 con un descenso del 27,5%. Según las primeras previsiones que manejan las marcas, las matriculaciones se desplomarán en agosto un 40%.
Algunos directivos creen que la parálisis de las ventas en España se mantendrá hasta la segunda mitad del próximo año cuando empiecen a despejarse las dudas que rodean a la economía europea, ya que el mercado automovilístico es el más sensible en un entorno de incertidumbre. Los conductores, que en íépoca de bonanza acuden masivamente a los concesionarios para adquirir automóviles nuevos, se abrochan el cinturón y optan por retrasar el cambio de modelo hasta mejores momentos.
La duda es quíé harán Alemania y Francia, las locomotoras de Europa. Las ventas de coches en estos dos mercados han pasado de crecer a un ritmo superior al 4% a hacerlo a apenas al 1% en junio, pero la recesión de sus economías hace temer un segundo semestre peor. Por su parte, las ventas en Italia y Reino Unido, los otros dos grandes clientes de las factorías españolas, retroceden un 11% y un 1,6%, respectivamente.
El temor de los sindicatos españoles es que las medidas de flexibilidad de las plantas para ajustarse a los vaivenes de la demanda se agoten si continúa la actual crisis. En este caso, las empresas recurrirán irremediablemente a Expedientes temporales de Extinción de Empleo para recortar la producción de sus centros fabriles.