Tras la avalancha de emisiones de deuda corporativa por parte de varias empresas, los expertos valoran el efecto que pueden tener sobre la inversión.Estiman que los bonos corporativos son opciones interesantes, pese a que ofrecen unos intereses menores a los de hace un año. Tambiíén creen que esta oleada de emisiones ayudará a la renta fija soberana y a la confianza de estas compañías en el mercado financiero. No esperan en cambio que provoquen un cambio radical en la actividad bancaria.
Bonos corporativos, opción en auge
Las emisiones de bonos corporativos como las que han protagonizado varias empresas españolas durante esta semana se presentan como una interesante oportunidad de inversión, según los expertos. Rodrigo García, analista de XTB, explica que “dada la coyuntura actual de tipos de interíés, los inversores están obteniendo con estas emisiones buena rentabilidad a un riesgo relativamente bajoâ€.
Ahora bien, es importante señalar que estas emisiones de deuda van destinadas fundamentalmente a inversores institucionales y no están al alcance de cualquier inversor minorista, ya que se emiten a valores nominales de entre 50.000 y 100.000 euros. Es una considerable barrera de entrada. Por eso, para el inversor medio, la opción de aprovechar estas emisiones de deuda corporativa pasa por entrar en ellas de manera indirecta a travíés de fondos de inversión, de seguros o de pensiones. Ignacio Victoriano, gestor de renta fija de Renta 4, piensa que los fondos de inversión que invierten en deuda corporativa a corto o a medio plazo son la forma más adecuada que tienen los inversores minoristas para poder beneficiarse de estas emisiones de deuda. “La demanda es altísimaâ€, asegura.
Los intereses ofrecidos por estas compañías en sus respectivas emisiones son claramente inferiores a las de hace un tiempo, pero aun así siguen resultando sugerentes para los inversores, según los expertos. Por ejemplo, el cupón de la última emisión de bonos a 7,5 años de Gas Natural se situó en el 3,5%. “A pesar de que los tipos de interíés a los que emiten son muy inferiores a los de hace un año, en tíérminos relativos siguen siendo atractivos si los comparamos con compañías de similar solvencia de otros países de la zona euro cuya prima de riesgo soberana es muy inferior a la españolaâ€, destaca JuanJosíé Fernández-Figares, analista de LinkSecurities.
Los expertos coinciden en destacar que la solvencia de los emisores es otro factor clave a la hora de valorar el atractivo de los bonos corporativos, y en la mayoría de los casos son grandes compañías que han estado muy penalizadas las que emiten deuda. El íéxito en la demanda de estas emisiones se explica porque “hay un enorme apetito inversor en estos momentos, tanto domíéstico como externoâ€. En el entorno de tipos bajos, los inversores buscan oportunidades que le reporten una buena rentabilidad y ahí entra la deuda corporativa.
No ven tan claro el atractivo de los bonos de empresas los analistas de Banca March, quienes en su informe de estrategia de octubre afirman que “aunque todavía hay oportunidades de revalorización para los bonos de empresas perifíéricas europeas y los bonos convertibles, el mercado está comenzando a saturarseâ€.
La deuda soberana conserva interíés
La exitosa emisión de deuda a 31 años que llevó a cabo el Tesoro el pasado miíércoles, colocando 4.000 millones (1.000 millones por encima del máximo previsto), y con una elevada demanda demuestra el interíés que despierta la deuda soberana española entre los inversores. La notable bajada de la prima de riesgo es uno de los factores que explican que muchas compañías hayan decidido volver a emitir deuda corporativa. Esto puede ser recíproco, aseguran los expertos, y la buena acogida que el mercado ha dado a las emisiones de deuda de las empresas tambiíén tendrá un efecto positivo para la deuda soberana.
“Tiene lógica que la vuelta a los mercados de renta fija corporativos beneficie al mercado de deuda soberana, porque los inversores tendrán una idea clara de los rendimientos que les ofrece la deuda corporativa en relación a los que presenta la deuda emitida por el Tesoro. Esto le puede venir bien al mercado de bonos del Estadoâ€, explica Rodrigo García, analista de XTB.
Varios expertos creen que, en la búsqueda de mayor rentabilidad, la deuda perifíérica es una opción interesante para invertir. “La deuda española tiene un atractivo importante para los inversores, por un rendimiento más elevado y una volatilidad mucho menor. La relación rendimiento-riesgo es la más atractiva de la periferia de Europa con nivel de riesgo moderadoâ€, afirma Philippe Ferreira, estratega de Sociíétíé Gíéníérale. “España es nuestro país favorito para la renta variable y renta fija entre los perifíéricos por la incertidumbre política en Italia y Portugalâ€, añade.
Con el interíés del bono a diez años en el 4,3%, los expertos creen que la deuda soberana española puede seguir siendo una buena opción, aunque señalan que en las letras a corto el interíés ofrecido por el Tesoro es cada vez menor y, por tanto, se presentan como inversiones poco suculentas. Para Jesús de Blas, analista de Credit Agricole, “hasta hace relativamente poco han funcionado los superdepósitos y esto hace en cierta forma que la gente tenga en su cabeza que una rentabilidad de menos de un 3% es poco. En este sentido, no es muy atractivo para el inversor, por ejemplo, comprar deuda soberana española con vencimiento a un año a poco más de un 1%. El beneficio neto es pequeñoâ€.
Impulso a la imagen en Bolsa de las compañías
Un mejor acceso a la financiación es siempre una buena noticia para las empresas presentes en Bolsa. “El íéxito de estas emisiones proyecta confianza a los inversores en renta variable, que valoran el hecho de que las compañías cotizadas estíén pudiendo emitir a tipos atractivos así como alargar el vencimiento de su deudaâ€, explica Juan Josíé Fernández-Figares, analista de LinkSecurities. La primera reacción en el parquíé madrileño a estas emisiones de deuda corporativa, pues, es positiva. “Es una cuestión de credibilidadâ€, resume Nuria ílvarez, analista de Renta 4. “Si emites bonos con rentabilidades por encima de la que ofreces por dividendo, hay mayor credibilidad para la compañía y menos percepción de riesgo de que esa empresa no te pague el cupónâ€.
El Ibex 35 continúa subiendo sin temor a amenazas externas ni víértigo aparente. Esta semana, el selectivo español volvió a anotar nuevos máximos anuales. Josíé Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, señala que el Ibex no se encuentra barato, “pero sí podemos hablar de un precio razonable en un entorno complejo como el actualâ€. La pregunta es si en la corriente generalizada de optimismo que rezuma la Bolsa, estas demostraciones de solidez por parte de sus grandes compañías en forma de emisiones de bonos corporativos serán un importante impulso más que añadir a la tendencia alcista de la Bolsa. Es posible, pero no necesariamente, creen los expertos.
Supone un refuerzo de imagen para cada compañía que logra un mejor acceso a la financiación.Pero, en tíérminos globales, puede tener otra lectura a la hora de comparar la inversión en renta variable y en bonos corporativos. Así lo cree Rodrigo García, analista de XTB. “El efecto de estas emisiones en la Bolsa es ambiguo. Por un lado, se espera que haya flujo de dinero de la Bolsa a los bonos, especialmente carteras de largo plazo que esperan dividendos. Por otro lado, se puede esperar que esto revitalice los mercados financieros y los inversores se den cuenta del poco riesgo real de estas empresas y se lancen a esperar rentabilidades más altas, pero por medio de entradas en el capitalâ€, explica.
En este sentido, ílvarez señala que el efecto positivo sobre la confianza que inspiran las empresas en Bolsa es innegable, pero a la vez recuerda que la emisión de deuda corporativa y el comportamiento en Bolsa no están directamente relacionados. “Al final, el inversor busca una rentabilidad y tienes distintas opciones, las emisiones corporativas y la renta variable son dos de ellas. No están ligadasâ€. Son opciones distintas y el inversor puede optar por diversificar y así, por ejemplo, reducir su exposición a la renta variable comprando bonos corporativos, concluye.
Bueno para el críédito, pero no a corto plazo
Entre las compañías que han logrado recientemente lanzar bonos corporativos se encuentran varios bancos, como Caixabank, que fue la que rompió el hielo esta semana, y Santander. La emisión de deuda corporativa supone una vía de financiación para los bancos, aunque los expertos recuerdan que los depósitos son pieza clave para su liquidez, y no creen que esto afecte a la rentabilidad ofrecida por las entidades para captar depósitos. Josíé Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, afirma que “es importante que la base de depósitos se mantenga elevada, pues ofrece mayor estabilidad de balance. Pero, tambiíén lo es que la banca tenga abiertas todas las posibilidades de financiaciónâ€.
Por su parte, Rodrigo García, analista de XTB, cree que “es probable que los bancos se tengan que esforzar un poco más con el tipo de los depósitos porque se espera un cierto flujo de capitales que vaya de los depósitos a la renta fija corporativaâ€. Por el contrario, Juan Josíé Fernández-Figares, analista de Link Securities, cree que este tipo de emisiones “no son una fuerte competencia de los depósitos bancariosâ€, porque el perfil del demandante de depósitos no suele querer asumir riesgos y, “a día de hoy, cualquier emisión de bonos tiene todavía un cierto riesgoâ€, y por los valores nominales a los que se emiten los bonos corporativos (entre 50.000 y 100.000 euros).
Otra vertiente interesante es saber si el acceso al mercado de deuda ayudará a los bancos a reactivar el críédito. “En la medida en que eres capaz de captar fondos a diferenciales razonables, los príéstamos que tú des los puedes ofrecer a diferenciales menos amplios que hasta ahora. Al menos, esto es lo que debería serâ€, afirma Jesús de Blas, analista de CríéditAgricole. Con todo, los expertos no ven claro que vaya a ocurrir así próximamente.
Ignacio Victoriano, gestor de renta fija de Renta 4, cree que el problema del críédito no es de liquidez de los bancos, sino de capitalización y de regulación. No obstante, piensa que los bancos más pequeños, que hasta ahora tienen cerradas las puertas a esta vía de financiación, podrán volver a emitir deuda corporativa y afirma que “el hecho de que los bancos se financien más barato mejora sus márgenes y puede tener un efecto positivo en su capital y en la concesión de críédito, pero no será a corto plazoâ€.