Los bancos accionistas de Inmobiliaria Colonial aún no han tirado la toalla. Meses despuíés de que el proceso para recapitalizar la compañía se pusiera en marcha, Goldman Sachs, Calyon, RBS, La Caixa y Banco Popular esperan que alguna de las dos opciones que iniciaron en paralelo culmine con íéxito: la candidatura de Villar Mir y otros inversores para inyectar capital en la matriz (hasta 60% del capital) o la venta de la filial francesa SFL a algún fondo soberano (Noruega o Dubai).
Por tanto, hay una carrera, con due dilligence en marcha en ambas direcciones. Tanto la oferta de Francia, que supondría ofrecer más de 900 millones por el 53% de SFL que ahora se encuentra en manos de la inmobiliaria española, como la de cubrir una ampliación de capital de Colonial que superaría los 600 millones de euros por parte de diversos inversores, entre ellos el grupo Villar Mir, mantienen su vigencia y quieren cerrarse por parte de los interesados antes del próximo 31 de diciembre, según han explicado fuentes financieras conocedoras de las conversaciones.
En Madrid, los inversores están negociando por separado con la dirección de Colonial para evitar cualquier sospecha de acción concertada. La ampliación de capital de la inmobiliaria rondaría los 600 millones, con la que los nuevos socios controlarían el 60% del capital resultante, ya que la baja cotización de la acción hace que el valor en bolsa de la sociedad se sitúe en 235 millones.
Tras la ampliación de capital, el grupo familiar Villar Mir, que diseña esta operación al margen de OHL, controlaría algo más del 25% de Colonial. Otros inversores interesados son la familia colombiana Santo Domingo, que podrían superar el 10%, sustituyendo a otros posibles interesados como Juan Abelló, al que se ha ofrecido participar en la operación. El resto de la oferta lo cubrirían algunos inversores institucionales que adquirirían paquetes menores.
La apuesta de la banca extranjera
Pero en paralelo a esta ampliación de capital que prepara la dirección de Colonial está la oferta por SFL, que hasta verano era la favorita de los bancos extranjeros, que por un lado son acreedores y por otro tambiíén controlan la inmobiliaria. El reparto actual entre los socios de la inmobiliaria es el siguiente: Royal Scotland Bank (20%), el banco alemán Eurohypo (19%), los franceses de Críédit Agricole (19%) los fondos de Coral Partners, Colony y Calyon (19%), y además, con participaciones mucho menores, La Caixa (5,8%) y Banco Popular (4,9%).
La compañía condiciona la ampliación en la que entraría el grupo familiar Villar Mir a poder destinar los 600 millones de fondos a amortizar parte de los 2.000 millones de deuda que acumula y que vencen el año que viene, lo que permitiría garantizar el futuro de la inmobiliaria. Al mismo tiempo, la banca acreedora no sólo reduciría su riesgo, sino que se diluiría en el accionariado.
El grupo Villar Mir participa en la operación en parte para internacionalizar su riesgo y poder entrar en el mercado de oficinas de París. Por tanto, la operación carecería de sentido estratíégico para Juan Miguel Villar Mir si antes se vendiese SFL.
Por otro lado, la venta de SFL permitiría a los socios de Colonial obtener cerca de 900 millones de euros, que tambiíén destinarían a reducir su pasivo y cerrar la nueva financiación, por lo que ya no sería necesario rebajar su peso específico en la inmobiliaria llevando a cabo la ampliación de capital. Por eso, la oferta que llegue antes se lo lleva todo: Madrid contra París, París contra Madrid.
Fuentes financieras han explicado que el consorcio de fondos que quiere entrar en SFL se ha mostrado muy interesado por el mercado europeo, que se ha vuelto a poner de moda entre los inversores internacionales. Si Colonial consigue cualquiera de las dos operaciones, supondrá una excepción en el sector inmobiliario de España y será un punto clave para consolidar su situación con una operativa derivada de los ingresos de alquiler de oficinas, de manera que no sea devorada por los costes financieros, tal y como ocurre ahora.
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