De recibir instrucciones a exigir rigor y transparencia. En poco más de 15 meses, el papel del ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha cambiado por completo en las reuniones mensuales con sus colegas europeos. En junio del año pasado, en una reunión telefónica convocada a su pesar, no le quedaba más remedio que aceptar un rescate de la banca española. En la cita de ayer, celebrada en Luxemburgo, De Guindos solo escuchó parabienes (al menos en público) sobre la evolución de su cercano final.
“La buena noticia es que el programa español va en la buena direcciónâ€, señaló el representante del Banco Central Europeo, Jí¶rg Asmussen, antes del encuentro. “Con toda probabilidadâ€, corroboró el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, “el programa español va a darse por terminadoâ€. Al tíérmino del encuentro, Dijsselbloem incluso descartó cualquier tipo de prolongación preventiva del rescate, como es probable en el caso de Irlanda.
Solo hace tres meses, en el mes de julio, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo albergaban todavía dudas sobre la estabilidad del sector financiero español tras su visita de inspección a Madrid.
Pero las tornas cambiaron completamente despuíés del verano, tras una nueva visita de la que ayer rindieron cuentas los inspectores al Eurogrupo.
“Las conclusiones son clarasâ€, celebró De Guindos. “El programa se está cumpliendo en todas sus fases y, por tanto, el escenario central en estos momentos, como ha dicho la propia Comisión, es que el programa bancario español expirará a final de añoâ€.
Para el ministro español, ese balance demuestra que “se han utilizado bien los 41.000 millones de euros [de los 100.000 millones disponibles] y que ahora tenemos una banca solvente, en condiciones de apoyar la recuperación económica en España y que ya no genera dudas ni incertidumbresâ€.
De Guindos aprovechó esa posición de fuerza para reclamar que el resto de países se sometan a las mismas pruebas de estríés que pasó la banca española a mediados de 2012 como condición para recibir el príéstamo del fondo de rescate de la zona euro. “Nuestro planteamiento es muy claroâ€, explicó el ministro. “El análisis de la calidad de los activos bancarios tiene que ser muy creíble, muy serio, similar al que se hizo en Españaâ€.
Fuentes españolas alertaron contra la posible tentación de suavizar las pruebas para que la mayoría de las entidades europeas las superen sin dificultad. “Si alguien quiere salir bien cosmíéticamente en la foto y se acepta ese maquillaje, se pondrá en peligro la credibilidad de Europaâ€, advirtieron esas mismas fuentes. Y aunque no se nombra a ningún país en concreto, el consenso del mercado apunta a la dificultad que podrían encontrar algunas entidades francesas e italianas si el BCE eleva demasiado el listón.
Guindos, en cambio, está convencido de que tras el rescate “la banca española está preparada para pasar las pruebasâ€, por exigentes que sean.
Sin estigma
Ese íéxito del programa, que el Eurogrupo espera certificar de forma oficial el próximo 15 de noviembre, permitirá al Gobierno cumplir el objetivo que, según fuentes españolas, se había marcado: llegar a las pruebas de estríés del BCE en igualdad de condiciones con el resto de los socios de la zona euro para evitar que otros países “se escondan†tras el rescate de la banca española.
Las mismas fuentes aseguran que si los chequeos afloran necesidades de capital, no serán mayores en España que en Francia o Italia. Y aunque nadie espera ningún percance mayor, de producirse obligaría a buscar una solución para el conjunto de la zona euro y no solo para alguna entidad financiera española. Hoy mismo, los ministros de Economía de la UE (Ecofin) discutirán, tambiíén en Luxemburgo, sobre cómo articular esa respuesta a travíés del MEDE o Mecanismo Europeo de Estabilidad.
Otros rescates
Irlanda tambiíén quiere poner fin a su rescate de 85.000 millones de euros, aprobado en 2010 y que, en teoría, expira en diciembre de este año (un mes antes que el español).
El Eurogrupo, sin embargo, concluyó ayer que Dublín podría necesitar todavía una línea de críédito preventiva para garantizar un regreso estable a los mercados.
El final del programa de Portugal (78.000 millones de euros) se abordará en el primer trimestre de 2014. El Eurogrupo pidió ayer a Lisboa nuevos avances en educación, sistema judicial y consolidación fiscal.
Grecia, cuyo rescate ya asciende a un cuarto de billón de euros, necesitará nuevas ayudas. El BCE advirtió ayer que no piensa contribuir.
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