Abengoa ha conseguido completar con íéxito la Oferta Pública de Suscripción (OPS) de acciones con la que le saldrá a cotizar al Nasdaq. La operación ha tenido una buena acogida entre los inversores institucionales, que, sin embargo, le han exigido un fuerte descuento para comprar los títulos de la empresa andaluza. Por este motivo, el grupo de ingeniería tendrá que sacrificar un importante porcentaje de su valor bursátil mediante un descuento que ronda el 15%.
Según indican fuentes próximas a la colocación, la emisión de 182,5 millones de American Depositary Receipt (ADR) ha sido cubierta en su totalidad, por lo que Abengoa se asegura que debutará en el Nasdaq con total seguridad. El problema puede ser que la compañía controlada por la familia Benjumea no obtenga los 385 millones de euros previstos si finalmente tiene que hacer una rebaja significativa en el precio de las acciones. Algunas órdenes de compra exigían un recorte mayor, que llegaba hasta el 30%.
Fuentes financieras explican que la bajada de la prima de riesgo en España y el apetito de los gestores de cartera estadounidenses por tomar posiciones en compañías nacionales, al considerar que estaban muy infraponderados, ha facilitado el íéxito de la colocación. Pero añaden que no hay que olvidar que Abengoa es un valor con un elevado riesgo por su elevado endeudamiento. La empresa sevillana es considerada como high yield, como demuestra que a finales de septiembre emitió bonos con un tipo de interíés al 8,87%.
Por ese motivo, subrayan que los inversores institucionales han exigido un descuento superior al 10%, que era el rango bajo de la horquilla marcado por Abengoa y sus bancos colocadores, Banco Santander, Citigroup, HSBC, Bank of America Merrill Lynch, Sociíétíé Gíéníérale y Cannacord Genuity. “La compañía tiene claro el camino a seguir: vender activos, reducir su deuda y reforzar su capital. Y así lo han entendido los inversoresâ€, apuntan desde uno de las entidades que han vendido las acciones.
Pendientes de Obama
El libro de órdenes de compra se cierra hoy miíércoles, momento en el que se fijará el precio definitivo de la OPV. Tanto Abengoa como sus asesores financieros han cruzado los dedos para que los dos grandes partidos políticos americanos lleguen a un acuerdo sobre el aumento del díéficit fiscal para evitar que Estados Unidos firme la mayor suspensión de pagos de la historia despuíés de la protagonizada por Alemania en 1933. Si el Senado no firma la ampliación, el más que previsible desplome del mercado provocaría la suspensión de la colocación de la empresa española.
Las acciones clase B de Abengoa han aguantado muy bien la presión de la ampliación del 32% del capital. Despuíés de caer un 7% el día que el grupo comunicó oficialmente la operación, adelantada por El Confidencial el domingo 6 de octubre, la cotización ha recuperado el precio al que se cambiaban el viernes anterior. Una estabilidad que es interpretada como la confianza del mercado en la estrategia de los Benjumea, que hasta hace bien poco estaban en todas las apuestas de los inversores bajistas que compran a descubierto.
Con los ingresos de la OPV, Abengoa podrá repagar parte de su abultada deuda y, sobre todo, apuntalar un balance sobre el que en los últimos meses ha habido mucha inquietud. Especialmente por sus 7.200 millones de deuda, entre el pasivo corporativo y la financiación de proyectos sin recurso. El cierre de la venta de Befesa por cerca de 1.000 millones de euros, las dos emisiones de bonos realizadas y el levantamiento de la financiación para desarrollar una planta solar en Estados Unidos por 1.200 millones han tranquilizado a los inversores y han ahuyentado los rumores sobre su insolvencia.
La compañía de energía y medio ambiente obtuvo en el primer semestre del año un beneficio neto de 67,3 millones de euros, cifra que supone una caída del 11% respecto a igual periodo de 2012 causada por el efecto de la desinversión de Befesal a la gestora de fondos Triton Partners.