La esperanza inicial de que se podría alcanzar un acuerdo a última hora del martes no se cumplió. Esta noche han vuelto a fracasar las negociaciones entre demócratas y republicanos en el Congreso para aumentar el límite de endeudamiento y reabrir las oficinas federales, cerradas por falta de fondos desde hace dos semanas. El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se ha reconocido incapaz de recabar el respaldo de los legisladores más conservadores para someter a votación su propio proyecto en el Congreso, por lo que el Senado de EE UU retomó el liderazgo en las negociaciones. Pero tendrá solo unas horas para lograr sacar adelante una propuesta que evite la suspensión de pagos del país.
El Tesoro de Estados Unidos ha comenzado la semana con apenas unos 30.000 millones de dólares en sus arcas y deberá hacer frente en la segunda mitad del mes a pagos de intereses, gastos sociales o de defensa para los que necesitará pronto un aumento de su techo de endeudamiento. El Departamento del Tesoro ha fijado la fecha tope para aumentar el límite autorizado de endeudamiento -situado en los 16,7 billones de dólares- en el 17 de octubre.
Dependiendo de los ingresos fiscales que obtenga el gobierno federal (de unos 6.000 millones diarios), el impacto más grave para los ciudadanos de una suspensión parcial de pagos podría retrasarse algunos días, pero el consenso entre los expertos es que el 1 de noviembre, si no hay acuerdo en el Congreso, Estados Unidos no podrá hacer frente a un gran volumen de obligaciones. Hay poco margen para el error y aumenta considerablemente el riesgo de que el Estado deje de pagar sus deudas. En medio del caos , Fitch Ratings advirtió que podría recortar la calificación crediticia soberana de los Estados Unidos de AAA, citando la política arriesgada sobre el aumento del techo de la deuda federal.
Esta noche se ha puesto de manifiesto de nuevo la incapacidad para un acuerdo. Por segunda vez en el día, se cancelaba una votación en el Congreso, y se ponía de relieve la falta de capacidad de Boehner para conseguir el respaldo de los sectores más conservadores del partido republicano, el Tea Party. “No habrá movimiento, no habrá votaciónâ€, afirmó Pete Sessions, representante por Texas y presidente del Comitíé de Reglas de la Cámara de Representantes, al salir de la reunión de líderes republicanos.
Boehner había reconocido esta mañana, tras fracasar el primer intento de votación de la mañana, que había “muchas opiniones†dentro de su partido.
De este modo, y durante una jornada plagada de confusiones y planes rechazados antes de ser redactados, quedó de manifiesto la dificultad de Boehner para movilizar a su partido. Como consecuencia, las crecientes dudas sobre la capacidad el Congreso de EE.UU. para alcanzar un acuerdo que evite la temida suspensión de pagos.
Estas opiniones finalmente han sido demasiadas y han provocado que la propuesta de la Cámara de Representantes, que incluía autorizar la financiación temporal del Gobierno hasta el 15 de enero y elevaría el techo de la deuda federal hasta el 7 de febrero, fuese finalmente desechada por no exigir concesiones de calado por parte de la reforma sanitaria conocida como Obamacare. El proyecto de ley tambiíén financiar los organismos gubernamentales hasta el 15 de enero, lo que pondría fin a un cierre parcial del gobierno que se inició con el nuevo año fiscal el 1 de octubre
Uno de estos legisladores, el representante por Texas, Joe Barton, explicó en una entrevista con la CNN su oposición a esta propuesta republicana. “No hay reforma estructural. No hay ahorro en los costes. Es solo dar una patada a la lata durante otras semanas o dos mesesâ€, sostuvo Barton. Con todo, el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, y el líder republicano, Mitch McConnell, negociaban a contrarreloj formas de evitar los obstáculos. Mientras, la senadora demócrata Heidi Heitkamp dijo a la CNN: " Esto está ahora de nuevo en marcha", aunque el resultado depende de "si el Congreso y el Senado funcionan bien juntos".
El propio presidente de EE.UU., Barack Obama, criticó hoy la “debilidad†de Boehner ante los legisladores de su partido al asegurar que “no puede controlar a su bancadaâ€.
“Ha habido una serie repetida de situaciones en las que hemos alcanzado acuerdo, despuíés regresa, y luego resulta que no puede controlar a sus legisladores. Entonces, el desafío es: ¿Puedes hacer cumplir los compromisos que se hacen?â€, dijo Obama en una entrevista con el canal local WABC de Nueva York.
Asimismo, el mandatario insistió en que “no queda mucho tiempo disponibleâ€, en referencia a los menos de dos días que restan para que el Tesoro se quede sin fondos para hacer frente a sus obligaciones de pago.
Para añadir más dramatismo, a media tarde la agencia de calificación crediticia Fitch anunciaba su decisión de situar en perspectiva negativa a EE.UU. ante la posibilidad de que rebajase la nota de su deuda, que por ahora sigue teniendo la máxima nota, “AAAâ€.
Aunque Fitch sigue creyendo que el límite del techo de la deuda se incrementará prontoâ€, la práctica política en Washington de crear crisis como arma negociadora y la reducción de la flexibilidad financiera “podrían aumentar el riesgo de una suspensión de pagosâ€, señaló la agencia en un comunicado.
Poco despuíés de que la Cámara anunciase que cancelaba el voto previsto, el líder de la mayoría demócrata Harry Reid y el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, comunicaban que retomaban en la noche las negociaciones dejadas en suspenso el fin de semana.
“El senador Reid y el senador McConnell han retomado las negociaciones y son optimistas de que un acuerdo está al alcanceâ€, dijo Adam Jentleson, portavoz de Reid (demócrata por Nevada), en un comunicado.
Por tanto, queda en manos de ambos veteranos congresistas la posible solución de la crisis fiscal de EE.UU., que podría provocar la primera suspensión de pagos en la historia reciente del país.