Zinkia Entertaiment tendrá que darle mucho a la imaginación para superar los problemas actuales de liquidez. Porque la empresa creadora del conocido muñeco animado Pocoyó no va a completar ni de lejos la emisión de bonos al 11% que lanzó hace tres semanas, ya que el libro de órdenes está prácticamente vacío. La dura advertencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha ahuyentado a los inversores minoristas y a los institucionales.
Fuentes financieras próximas a Zinkia han confirmado que la compañía no va a poder conseguir los 7,78 millones de euros que pretendía levantar con la segunda colocación de obligaciones desde que empezó a cotizar en bolsa en 2009. Puede incluso que la empresa de animación no alcance ni los 2,2 millones que captó en noviembre de 2010, cuando salió al mercado en busca de 11 millones.
Desde Zinkia han declinado hacer ningún comentario sobre esta información al estimar que el periodo de colocación sigue abierto hasta el próximo jueves, 31 de octubre. Pero fuentes del mercado reconocen que será muy difícil convencer a los inversores despuíés del duro aviso que hizo la CNMV cuando autorizó la emisión de bonos.
El pasado 8 de octubre, el organismo supervisor sacó toda su artillería mediática para avisar de los riesgos de invertir en Zinkia, compañía que “no cuenta a corto plazo con liquidez suficiente para atender el pago de sus deudas". La Comisión recalcó tambiíén que la productora de Pocoyó tenía un fondo de maniobra negativo a fecha 30 de junio y que en los seis primeros meses del ejercicio su cifra de negocios descendió un 48%.
Una llamada de atención que se terminaba con la advertencia de que, "si todas estas circunstancias persistiesen, Zinkia podría incurrir en alguno de los supuestos previstos en la normativa concursal". O lo que es lo mismo, vinculó la captación de dinero mediante esta emisión a la necesidad de obtener fondos para evitar el concurso de acreedores.
El presidente de Zinkia, Josíé María Castillejo, ha salido al paso de estos apercibimientos de la CNMV en distintos medios de comunicación en los últimos días para tratar de atraer a unos descreídos inversores. “Nos está costando porque la advertencia está generando preocupación en el mercado. Queremos seguir pagando a todo el mundo, aunque estamos buscando alternativas diferentes por si esto no saleâ€, asintió en TVE.
Ejecuciones en juego
Un reconocimiento explícito de que ni Auriga, un bróker institucional con una filial en Estados Unidos, ni Gestión de Patrimonios Mobiliarios (GPM), los dos colocadores, han conseguido captar las órdenes de compra suficientes para completar la emisión con vencimiento a tres años y con una rentabilidad del 11%. Una rentabilidad que para los responsables de mercados de la Comisión es insuficiente por el riesgo que supone comprar títulos de Pocoyó.
Fuentes próximas a la compañía señalan que nunca en la historia la CNMV había hecho una consideración sobre el precio de venta de los títulos como ha realizado con Zinkia, cuando en los últimos años ha habido casos que han sido un autíéntico escándalo, como los famosos Valores Santander (los ahorradores perdieron más de un 40% de lo invertido), las numerosas participaciones preferentes y los cuotas participativas de la CAM.
Si Zinkia certifica este jueves el fracaso de la emisión, la compañía y sus accionistas –Castillejo controla el 65% del capital – tendrán que poner en marcha un plan B de urgencia para evitar que los acreedores ejecuten las garantías de sus príéstamos.