La máquina de imprimir nuevas acciones con el objetivo de retribuir a los accionistas se puso en marcha en 2009 y no ha dejado de funcionar hasta ahora. Banco Santander fue la primera entidad que introdujo la posibilidad de recibir el dividendo en títulos, el conocido como scrip dividend, y justo cuatro años despuíés de implantarla ha conseguido un efecto indirecto: aumentar el capital un 25,8%.
Es más del doble de lo emitido por BBVA, que tras introducir la fórmula dos años más tarde ha elevado el número de acciones en circulación un 9,6% para retribuir.
La entidad que preside Francisco González ya ha anunciado que de cara a 2015, con los resultados de 2014, retirará esta política de remuneración al accionista, despuíés de recurrir a ella hasta en seis ocasiones. Desde 2011, BBVA ha ampliado capital para repartir el dividendo en acciones en dos de los cuatro pagos que abona en el ejercicio.
¿Quíé quiere decir esto para un accionista que desde entonces ha optado siempre por cobrar el dividendo en efectivo? Pues que la participación que tenía en el banco hace dos años se ha diluido un 9,6% y, por tanto, tambiíén la porción del beneficio que le corresponde por ello. Y es que ahora hay 433 millones de títulos más en mercado con los que se le han retribuido a los accionistas.
En el Santander las cifras son mucho más elevadas porque, aunque durante los primeros años combinó el scrip dividend con pagos en míétalico, desde el año pasado lo extendió a sus cuatro entregas trimestrales. Esta misma semana acaba el periodo en el que se están negociando en mercado los derechos para las nuevas acciones que imprimirá la entidad para pagar el dividendo de octubre. A falta de que Santander anuncie los títulos que necesita emitir esta vez para retribuir, el banco podría haber ampliado el capital alrededor de un 28 por ciento desde noviembre de 2009.
Este sería el porcentaje en el que ha diluido su participación un inversor de largo plazo que conserva títulos del banco desde esa fecha y que siempre ha preferido cobrar el dividendo el dinero en efectivo. A los más de 2.000 millones de acciones emitidas por Santander para remunerar a sus accionistas habría que sumar el resto de ampliaciones de capital que el banco ha realizado en este tiempo para canjear y convertir en títulos algunas de sus emisiones de deuda.
En un círculo
Para las entidades que emplean el scrip dividend a la larga tambiíén puede suponer un problema tener que abonar el dividendo a un número de acciones que se ha multiplicado precisamente por estas ampliaciones. "Las compañías que pagan en acciones se han metido en un círculo sin salida en el que cada vez tienen que dedicar más recursos para no bajar el dividendo", comenta un gestor.
Si Santander quisiera recobrar toda la retribución en metálico, conservando los 0,60 euros que hoy paga por cada acción, debería desembolsar unos 6.655 millones de euros, es decir, más de lo que gana. Según las previsiones de FactSet, este año las ganancias aún serán menores, ya que rondarán los 4.730 millones y en 2014 alcanzarán los 6.118 millones.
En cambio, BBVA sí que tendría un colchón de beneficios suficiente para retirarlo este mismo año si quisiera. Se espera que la entidad gane 2.978 millones en 2013 y repartir todo el dividendo en efectivo supone una salida de 2.430 millones de euros. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el Banco de España ha recomendado al sector no dedicar más del 25% del beneficio de este año a la retribución, por lo que BBVA incluso ha bajado el importe un 12%, eliminando el pago de enero.
Más efectos secundarios
Las ampliaciones de capital para pagar dividendo han puesto tal cantidad de acciones nuevas en mercado que tambiíén afecta al valor en bolsa de las compañías. Al final, la capitalización bursátil no solo sube por el precio del título, tambiíén si aumenta el número de acciones en circulación. Así, aunque Santander sube un 6,4% en bolsa este año, las ampliaciones han impulsado a su capitalización a aumentar más del doble, un 14%. El valor de la entidad es ahora de casi 72.000 millones de euros.
Esto explica que si hace tres años el Santander y BBVA cotizaban a precios idíénticos, en torno a 8,8 euros, y hoy hay una diferencia a favor de BBVA de 2,19 euros, no se refleje en el valor de los bancos. Santander sigue por delante en capitalización, con una ventaja de más de 20.000 millones.
Si para las compañías el scrip dividend supone ventajas como elevar el valor en bolsa o reforzar el capital -importante en el caso de la banca, presionada por Europa en este sentido-, para los accionistas el beneficio principal es el tratamiento fiscal de la retribución. El cobro del dividendo en acciones supone no rendir cuentas con Hacienda hasta que no se vendan los títulos recibidos. En cambio, el pago en efectivo sufre una retención además de tributar como renta del ahorro al 21, 25 o 27% en función de la cantidad. Aunque los primeros 1.500 euros en dividendos están exentos.