El próximo jueves 7 de noviembre será uno de los días más importantes de la reciente historia de Telecom Italia. En esa fecha, el grupo transalpino prevíé aprobar una emisión de deuda por un importe próximo a los 1.800 millones de euros y, al mismo tiempo, pondrá en valor su filial de móviles argentina, Telecom Argentina, valorada en más de 600 millones de euros.
Con esa estrategia, la compañía evitará una ampliación de capital próxima a los 2.000 millones, en sintonía con los intereses de Telefónica y sus socios de Telco (Intesa Sanpaolo, Generali y Mediobanca). Este consorcio, dueño del 22,4 por ciento del capital de Telecom Italia, empleará toda su capacidad de convicción para evitar nuevos desembolsos directos. Sin embargo, a travíés de otros mecanismos financieros sofisticados, la teleco española confía cumplir sus compromisos inversores con el grupo italiano sin desbaratar sus propios niveles de deuda en el último tramo del año. Dicho con otras palabras, Telefónica no quiere desvestir a un santo para vestir a otro. Es decir, pretende salvar a Telecom Italia, pero sin sufrir el efecto en sus propias cuentas.
La filial brasileña no toca
En el mismo consejo de administración tambiíén prevíé darse el primer movimiento para poner en venta los activos latinoamericanos de Telecom Italia. Tocará el turno de Argentina, a travíés de la filial Telecom Argentina, cuyo riesgo derivado del país invita a poner pies en polvorosa. Son tales las incertidumbres que actualmente existen en Argentina para repatriar dividendos y para operar con garantías jurídicas que la venta de la filial a un socio local -siempre con el visto bueno del Gobierno de Kirchner-, se presume como una decisión de consenso.
Por el contrario, la filial brasileña es intocable, al menos por ahora. Diversos analistas estiman que la desinversión en Brasil podría generar unos ingresos superiores a los 10.000 millones de euros. Con semejante inyección, los agobios financieros de Telecom Italia desaparecerían. Pero todo indica que todavía no ha llegado ese momento.
La semana pasada, Cíésar Alierta, presidente de Telefónica, mantuvo una reunión con el primer ministro italiano, Enrico Letta, de la que trascendió la voluntad del grupo español por preservar la "italianidad" de Telecom Italia. En ese encuentro, Alierta tambiíén mostró su compromiso firme para realizar inversiones en fibra óptica y telefonía 4G, además de mantener el empleo en el operador. A cambio, según ha podido saber este periódico de fuentes conocedoras de las conversaciones, Letta despejó las incertidumbres sobre la reforma de la ley de opas con carácter retroactivo, iniciativa que quedaría aparcada ante la voluntad constructiva del amigo español. Otras fuentes apuntan que en la cumbre de Letta y Alierta tambiíén se abordó la venta de activos latinoamericanos, por ahora limitados a Argentina.
Los consejeros de Telecom Italia tambiíén darán su visto bueno a la venta de antenas de telefonía del operador, por las que podría obtener alrededor de 500 millones de euros. En el estreno de Marco Patuano en calidad de consejero delegado en Telecom Italia, tras la dimisión de Franco Bernabíé, tambiíén se descarta la escisión de la red del operador de los servicios, ya que eso podría suponer la puntilla de la teleco en su mercado domíéstico