El ministro de Industria, Josíé Manuel Soria, y el lehendakari del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu, volvieron a mostrar malestar con la Corporación Mondragón por negarse a respaldar el plan de reestructuración y liquidación ordenada de Fagor Electrodomíésticos, lo que ha abocado a la compañía a tramitar hoy su concurso.
Según ha podido saber elEconomista de fuentes cercanas al proceso, el Ministerio de Economía, a travíés del ICO , y el Gobierno vasco estaban dispuestos a articular mecanismos financieros por valor de 50 millones de euros cada uno para ayudar a la profunda reestructuración de Fagor Electrodomíésticos y evitar el colapso que supone su liquidación desordenada. Pero este respaldo financiero debía venir acompañado por un esfuerzo similar por parte de la Corporación Mondragón, que no llegó porque "no dejó margen a negociación".
Cabe recordar que Fagor necesitaba cerca de 170 millones para evitar el concurso, que con el respaldo público ya se lograban 100 millones y a Mondragón se le pedía una implicación que rondaba los 40 millones.
La última pata del plan de rescate pasaba por los bancos acreedores, que se habrían mostrado favorables a flexibilizar su posición para ir a un proceso ordenado de liquidación del actual grupo.
En la negociación, según las fuentes consultadas, las Administraciones y los bancos no entienden cómo en las 289 entidades integradas en la corporación, incluidas entidades de la dimensión de Caja Laboral y Eroski, no han articulado ningún mecanismo para obtener los 40 millones que se les requería.
Desde Mondragón declinaron ayer hacer valoración alguna y se remiten a su comunicado del pasado 30 de octubre, indicando que fue una "decisión unánime", que el proyecto presentado por Fagor no serviría "para garantizar su futuro" y que en los últimos años ya habían destinado 300 millones en distintos conceptos de apoyo solidario a la cooperativa en crisis.
Evitar el concurso era clave
Ayer mismo, el lehendakari Iñigo Urkullu desde Pamplona volvía a insistir en que "no podemos convertirnos en empresa", ya que su "labor es coadyuvar, ayudar", pero la corporación decidió "no aceptar el plan de viabilidad de Fagor". Por tanto, a partir de ahí, señaló que sólo les queda "gestionar la situación que afecte al cierre o a la liquidación", decisión que, insistió, fue "adoptada por Mondragón Corporación".
Igualmente, el ministro de Industria, en el Forum de la Automoción española de Asepa, constató que llevaban meses comunicándose a tres bandas, entre el Gobierno, el Ejecutivo vasco y la Corporación, pero que Mondragón "hace algún tiempo ya" había decidido que no inyectaba más liquidez a la compañía de electrodomíésticos.
El respaldo que proponían los ejecutivos central y vasco, señalan las fuentes consultadas, pretendía "evitar el concurso a toda costa" y desde ahí emprender un proceso ordenado de reducción de Fagor, abandonando las actividades no competitivas para permitir la supervivencia de las rentables.
Este mismo escenario, de cierre de actividades onerosas y pervivencia de las rentables, es el que se dará con el concurso de acreedores que se tramitará hoy ante el juzgado de San Sebastián, pero de forma mucho más traumática y perdiendo la gestión cooperativa en pro de los administradores concursales.
Daños colaterales
La preocupación ahora se centra en la extensión de la crisis tanto a otros ámbitos de la Corporación Mondragón y al conjunto de la economía vasca. Desde el Gobierno vasco se teme que la alta exposición pública de Caja Laboral y de Eroski pueda acarrearles consecuencias negativas debido a la desconfianza que se está generando sobre la solvencia del mundo cooperativo.
Fuentes consultadas por elEconomista apuntan a que algunas cooperativas y proveedores externos ya habrían empezado a tener problemas de financiación en sus líneas de liquidez.
Además, el Ejecutivo reconoce que la caída de Fagor pesará sobre las cifras de paro en Euskadi, ya que sólo en esta empresa trabajan 2.000 personas, una cifra relevante en una comunidad del tamaño de la vasca.
Mondragón ha dispuesto la creación de una Oficina de Empleo, en la que esperan recolocar y prejubilar a 1.000 ó 1.200 socios. Esto sitúa, en el mejor de los casos, que quedarán fuera unos 600 socios de Fagor cobrando de las prestaciones de paro de Lagun Aro EPSV. Las recolocaciones no serán fáciles porque la mayoría de las cooperativas lleva años reduciendo sus estructuras, como la propia Eroski, que desde 2008 ha reducido su plantilla en 14.863 personas.
El Gobierno vasco tiene muy avanzado el estudio sobre los proveedores vascos afectados por Fagor, son cerca de 200 empresas, con distintas intensidades, aunque cerca de 50 se verán muy afectadas. La propia Fagor indicó que hacía compras de 150 millones, de los las que 50 millones eran a otras cooperativas.