Por... Amilcar Morales Garcia
La economía de Francia volvió a retroceder en el tercer trimestre con una baja de 0,1 por ciento debido a la caída en la producción, las exportaciones y la demanda interna, según un informe difundido hoy en esta capital.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos (Insee) reveló que tras un crecimiento de medio punto del Producto Interno Bruto (PIB) en el período mayo-junio de 2013, la situación se deterioró de nuevo en los tres meses siguientes.
Los gastos de consumo de los hogares perdieron dinamismo y el aporte de la demanda interna al PIB fue nulo, precisa la entidad.
Agrega que las exportaciones registraron una caída de 1,5 por ciento, mientras las importaciones mantienen un ritmo ascendente.
Según la nota del Insee, la producción industrial retrocedió en todas sus ramas, excepto en la categoría de la fabricación de materiales para el transporte.
Por el contrario, en el sector de los servicios se registró una moderada alza del 0,2 por ciento, insuficiente para impulsar el Producto Interno Bruto.
Las malas noticias para el gobierno galo no terminan allí, pues la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) publicó un análisis donde señala las principales debilidades de la competitividad del país en los mercados mundiales.
El estudio fue encargado por la presidencia francesa para conocer la situación de la industria y el comercio, así como sus perspectivas a corto y mediano plazo.
Una primera versión fue concluida en marzo, pero su publicación fue vetada en ese momento, lo cual no impidió que la entidad hiciese una actualización de los datos para difundirlos en el otoño.
La OCDE señaló en el texto que entre los problemas del país figuran el bajo nivel de la preparación profesional de los trabajadores, tanto entre los jóvenes como en los mayores, así como la pobre inversión estatal en materia de investigación e innovación.
Esto provocó que la productividad de Francia estíé por debajo de varios de sus socios de la Unión Europea (UE), lo cual se refleja negativamente en el acceso a los mercados.
Si bien la OCDE reconoce el abultado presupuesto destinado al sistema escolar y la formación laboral, señala que este gasto no aporta los resultados esperados en la preparación de los asalariados y cuadros empresariales.
Otro obstáculo, destaca el estudio, es la elevada fiscalidad sobre las empresas, la mayor de toda la UE, lo que desestimula las inversiones en el sector industrial.