(PL)
El tribunal de comercio de la ciudad francesa de Toulon reconoció hoy la responsabilidad del grupo alemán de control de calidad TUV en el escándalo de las prótesis mamarias fraudulentas y lo condenó a pagar una indemnización.
Esa firma era la encargada de certificar las Poly Implant Próthese (PIP), que se elaboraban en la ciudad gala de Marsella y se vendían en todo el mundo.
Los productos de la PIP fueron retirados del mercado al descubrirse que los dueños de la marca utilizaban un gel de uso industrial y no míédico para su confección, lo cual provocaba frecuentes roturas, inflamación e irritación de los tejidos.
De acuerdo con la corte de Toulon, la empresa TUV, líder mundial del control de la calidad, faltó a sus obligaciones de vigilancia.
Los jueces condenaron a TUV a indemnizar a un grupo de distribuidores y de portadoras de las prótesis que presentaron demandas en su contra.
En total seis antiguos comercializadores en Bulgaria, Brasil, Italia, Siria, Míéxico y Rumania, así como mil 672 portadoras, reclaman al grupo alemán una compensación millonaria.
Los demandantes consideran que el fraude no se habría producido sin los fallos repetidos en las inspecciones del organismo de certificación.
"TUV dio credibilidad en el mundo entero a productos que no lo merecen", dijo Laurent Gaudon, consejero de las víctimas, y añadió que la firma no hizo los controles con la seriedad que debía esperarse de una empresa líder en ese mercado.