Las estructuras de Estado que Artur Mas quiere poner en marcha en Cataluña incluyen un fabuloso proyecto de “servicios de inteligencia†a los que compara con el CNI español, la NSA norteamericana, el Government Communications Headquarters británico (similar al MI6, pero dedicado esencialmente a interceptación de comunicaciones y a la protección de los sistemas de comunicación del Gobierno), la Agence Nationale de la Síécuritíé des Systí¨mes d’Information francesa o el BSI alemán. En otras palabras, unos servicios de inteligencia que se codean con los mejores del mundo. En algunos documentos incluso aparece la comparación con la FAPSI, la agencia federal de Comunicaciones e Información rusa.
Sobre el papel, lo único que cambia entre todos ellos es el presupuesto: mientras la NSA tiene un presupuesto de 2.700 millones de euros, los británicos se gastan más de 582 millones en su agencia, los rusos llegan a 254 y el CNI destina 225, lejos de los 90 millones de los franceses y los 68 de los alemanes. Ante estos monumentales presupuestos, el gasto inicial que absorbería la Agencia Nacional de Seguridad (ANS) de Cataluña llegaría en su primera fase a 11,3 millones, pero extrapolando el número de habitantes de esta comunidad, el presupuesto global para los servicios de inteligencia de Mas se situaría (cuando estuviesen plenamente desarrollados) en 28.912.581,03 euros, donde la partida de salarios sería de 12.813.698,38 euros y la partida de infraestructuras y equipamientos ascendería a 16.098.892,64. El número total de agentes se estima en unos 306 cuando estuviese totalmente operativo el servicio. El salario medio en esos momentos sería, según los cálculos del Gobierno catalán, de 30.948,72 euros. En su primera fase, no obstante, el CNI catalán tendría 39 funcionarios y 40 colaboradores externos (es decir, pertenecientes a otros organismos de la Generalitat o contratados para trabajos específicos).
El estudio de los costes de la ANS fue realizado por el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) y por el Cesicat, el organismo autónomo que controla las telecomunicaciones. Y realizan una extrapolación de los costes a uno, tres y cinco años. Así, en el primer año, el coste por empleado sería de 115.961,82 euros, a los tres años bajaría a 82.001,19 y al quinto año se situaría en 74.330,73. Y lo que comenzó costando 1,21 euros por habitante el primer año se convierte en 1,52 al quinto año.
La ubicación física
Ese es el CNI soñado por los soberanistas. Varios dossieres, a los que El Confidencial ha tenido acceso, desarrollan milimíétricamente el proyecto. La intención es hacer del Cesicat, el organismo que controla las telecomunicaciones catalanas, el centro neurálgico de la Agencia Nacional de Seguridad (ANS), que sería el nombre oficial del CNI catalán. “El centro del 112 podría ser la mejor opción de ubicación física del futuro centroâ€, dice uno de los documentos en poder de este diario.
Los documentos internos del Gobierno catalán señalan que la sede del organismo de inteligencia ha de estar cerca de universidades que pueden proporcionar personal y capacidad, con amplia oferta de transporte público y la proximidad a un “punto neutro de comunicaciones que facilitan las extensiones de líneas de comunicaciónâ€. El único aspecto en contra para ubicarlo en las instalaciones del 112, dice uno de los informes, es “la concentración en una única instalación de las diferentes organizaciones de emergencias de Cataluña, lo que provoca una concentración del riesgo de indisponibilidadâ€. Por ello, consideran que “es necesario evaluar el criterio de coste frente al criterio de riesgoâ€.
El dossier identifica incluso geográficamente el punto de la ciudad donde se ubicaría la sede, cerca del complejo comercial de La Maquinista. Pero, curiosamente, la construcción del edificio donde debería instalarse, proyectado por el Tripartito (40.000 metros cuadrados, blindado y con una autonomía energíética de tres días por si ocurriera alguna catástrofe), fue congelada por el Gobierno de Artur Mas debido a los recortes presupuestarios.
Todo el diseño de la Agencia se sustenta en el concepto del Gobierno de las 3 A: Adelgazamiento, Agilidad, Austeridadâ€, dice uno de los enunciados. Y otro explica que “de acuerdo con los pilares estratíégicos y los objetivos, el valor principal de la Agencia es la C de Cataluña, que representa Coordinación, Innovación y Calidad como valores principales de la Seguridad Nacionalâ€.
La cúpula política
El núcleo de la inteligencia catalana dependería políticamente de la Autoridad Nacional de Ciberseguridad. Y este organismo estaría formado por el consejero de Presidencia, el consejero de Interior, el director general de los Mossos d’Esquadra, el propio director de la ANS, el secretario general de Presidencia, el secretario general de Administración y Función Pública y el director general de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información. Esta cúpula debería reunirse semestralmente, establecer las estrategias y definir los presupuestos y las líneas de actuación.
El director de la Agencia, señalan los documentos, “deberá de tener un perfil del ámbito policial y la Agencia tendrá una dependencia de la dirección general de la Policía integrándose en ella la unidad de cibercrimen. Además, propone que haya un comitíé de asesores y que se aprovechen el “conocimiento, experiencia e información de entidades privadas y multinacionales catalanas (Caixa, Aguas de Barcelona, Abertis, Gas Natural, Grifols, Banc de Sabadell, Seat…) para construir la cíélula de inteligenciaâ€.
En la ANS se concentrarían, además, todos los organismos que tienen algo que ver con la seguridad y que, a día de hoy, se encuentran dispersos: desde las unidades que velan por la seguridad de los organismos de salud hasta las del ámbito industrial. Además, absorbería las funciones de seguridad de la información que tienen actualmente CTTI, Cesicat, Catcert (la agencia de certificaciones) y la Agencia de Protección de Datos de Cataluña (Apdcat).
Los tíécnicos del Gobierno catalán propusieron incluso comenzar en el 2012 “proyectos internos de la Generalitat que involucren a los diferentes actores de la Agencia futura y que sirva de embrión de la futura Agenciaâ€. Y detallan que “el plan de Segurización de VIPs puede ser un catalizador de la Agenciaâ€. Este plan consistía en “dotar al personal VIP de la Generalitat de las tecnologías y formación para disponer de comunicación segura entre los altos cargos garantizando en todo momento la disponibilidad y confidencialidad de sus comunicacionesâ€.