La presencia de empresas mexicanas en España ha dejado de ser algo puntual. Llegan en un momento en el que las compañías españolas son ahora más accesibles que nunca debido a la debilidad financiera en la que se encuentran muchas de ellas por la caída de la demanda domíéstica y la dificultad para acceder al críédito. Pemex y Carlos Slim son la avanzadilla en España.
La presencia de grandes inversores mexicanos en España ha empezado a dejar de ser una aníécdota y cobra nuevos impulsos. El grupo mexicano Sigma, ha sido el último en entrar y lo ha hecho por la puerta grande a travíés de una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA) por el cien por cien del grupo cárnico Campofrío). Antes, en una jugada que ha sorprendido por su estrategia y rapidez, el grupo de alimentación mexicano ha adquirido el 45% de Campofrío a los accionistas de referencia de la cárnica española. Así, la OPA se realizará sobre el 55% restante del capital.
La entrada de Sigma Alimentos Europa, propiedad del conglomerado industrial Alfa en el mercado español ha dado un vuelco en la estrategia de inversión mexicana en España. Para hacerse con el 44,5% previo del capital en manos de sus principales accionistas, Sigma ha adquirido el 27,92% al fondo americano Oaktree, dueño de Panrico; el 12,4% a Pedro Ballvíé, presidente de Campofrío y el 4,17% a la Caixa. La operación ha sido asesorada por Bank of America Merrill Lynch.
La OPA supone valorar el capital de la cárnica en 675 millones de euros y el total de la compañía en 1.119 millones, según el grupo mexicano. El grupo Sigma pagará a los accionistas 6,80 euros por título.
Plataforma hacia Europa
La llegada de las empresas y fondos mexicanos en España se ha intensificado en los últimos tres años. Son inversores que buscan una posición de liderazgo y compañías con marcas sólidas para potenciar sus negocios. Algo que hoy por hoy resulta accesible ante la debilidad financiera que padecen muchas empresas españolas. La accesibilidad de España como plataforma para acceder al mercado europeo tambiíén es un factor estratíégico de primer orden.
Sigma, propiedad del conglomerado industrial Alfa, es líder del mercado de carnes frías en Norteamíérica y de quesos de Míéxico, y el productor de salchichas más importante de Norteamíérica. A travíés de España quiere ampliar su presencia al mayor número de países posible. Incluída Asia.
Los nuevos propietarios de Campofrío apuestan por mantener al grupo chino Shuanghui, accionista de referencia hasta la llegada del grupo mexicano, en el accionariado de la cárnica. Shuanghui se hizo con el control del 36,9% de la empresa española indirectamente a travíés de la adquisición de Smithfield Food el pasado mes de mayo y estaba obligado a lanza un Opa por el cien por cien de Campofrío. Tras rechazar esta opción, ahora debe vender al menos una participación del 7,5%. Además, el grupo Sigma asegura que quiere capitalizar “la gran calidad de su equipo administrativo para generar valor adicionalâ€. Pedro Ballvíé seguirá al frente de Campofrío participará como accionista y presidente del consejo de la compañía durante un periodo de cinco años más, como mínimo.
El Grupo Alfa está diversificado en varios sectores a travíés de compañías subsidiarias: Alpek (petroquímicos), Nemak (autopartes de aluminio de alta tecnología), Sigma (alimentos refrigerados), Alestra (tecnologías de información y telecomunicaciones) y Newpek (energía).
Pemex, la punta de lanza
El grupo estatal Pemex (Petróleos Mexicanos), con una participación cercana al 9,5% en Repsol podría considerarse como la punta de lanza que ha abierto las puertas a la inversión mexicana en España. En 2011 su peso aumentó tras adquirir una participación adicional de la petrolera española del 5% por valor de mil millones de euros y pasando a formar parte de accionariado institucional de la multinacional española.
En los últimos tiempos la relación entre ambas compañías ha sufrido varios altibajos y las alarmas se han disparado en más de una ocasión. La semana pasada alcanzó niveles máximos ante la supuesta negociación de Pemex con algunos accionistas de Repsol para aumentar su participación actual del 10% hasta el 29% con la intención de hacerse con el control de la compañía. Pemex ha descartado esta operación, pero amenaza con salir del capital de Repsol si no se le reconocen sus derechos como accionista histórico. La atención se centra ahora en el 27 de noviembre, fecha en la que se celebra el consejo de administración de la multinacional española y en el que Pemex podría mostrar sus intenciones reales.
El asalto a Repsol no es previsible, según las fuentes del sector consultadas. La compañía está blindada a este tipo de operaciones a travíés de la ley de la CNMC que considera estratíégicos determinados activos de Repsol, y deberá contar con el apoyo del gobierno español. Tampoco el gobierno mexicano apoya la iniciativa de Pemex y la petrolera no tiene autorización para hacer ninguna operación fuera de Míéxico, más allá de las que ya tiene. Su reto actual es la reforma energíética del país y va a necesitar inversiones potentes para aumentar su producción. En cuanto al accionariado institucional de Repsol, salvo Pemex, aseguran, no respaldan esta iniciativa. Al menos de momento.
Alianza de riesgo
No es la primera vez que el grupo mexicano intenta un golpe de mano de características similares. En 2011, a travíés de una jugada para sustituir a Antonio Brufau, como presidente de Repsol, adquiría el 5% de la petrolera a travíés del ex presidente de Sacyr, Luis del Rivero. En aquel momento, la constructora española era accionista de referencia de la petrolera con el 20,01% de su capital, mientras Petróleos Mexicanos (Pemex) ostentaba el 4,81%. Ambas empresas sindicaron sus acciones para conformar un nuevo núcleo duro accionarial y tratar de introducir un consejero delegado. El objetivo era alcanzar el 29,2 % del capital de la petrolera. La operación quedó invalidada tras la destitución de Luis del Rivero de Sacyr.
A principios de 2012 Repsol y Pemex suscribieron una alianza industrial estratíégica para desarrollar proyectos conjuntamente y mejorar el desarrollo de sus respectivos planes empresariales. Pemex adquirió el compromiso de no reducir su participación por debajo del 5% ni excederla del 10%.
Slim, a por todas
Carlos Slim es, sin duda, el empresario mexicano más popular en España. En 2012 la alianza que mantenía con la Caixa sorprendió a propios y extraños. El magnate adquirió 439 sucursales por importe de 400 millones de euros a la entidad que preside Isidre Fainíé. El pasado mes de septiembre acaparaba la atención de los mercados tras la alianza con Telefónica a travíés de America Movil para la adquisición de la filial alemana E-Plus filial de la empresa de telecomunicaciones holandesa KPN en un momento en la que acaba de lanzar una OPA que posteriormente fue retirada.
Slim tambiíén ha estado ligado a Repsol directa o indirectamente. Su nombre se ha barajado en la operación de Pemex para hacerse con el control de Repsol, aunque íél lo ha negado. Además, la familia Slim, se convirtió en uno de los accionistas privados destacados del grupo YPF tras la nacionalización de la compañía por el gobierno argentino.
Gas Natural tambiíén está en el radar de Slim. En junio adquirió el 0,5% del capital de la compañía y tiene una opción de compra hasta el 3% a travíés de la participación que controla la Caixa. La relación de Slim con la empresa que preside Salvador Gabarró se remonta a 2008 con motivo de la venta por 49 millones de euros del 15% de su filial mexicana Gas Natural Míéxico a Inbursa, grupo financiero controlado por Slim. La Caixa (34%) y Repsol (30%) son los principales accionistas de la gasista.
Las empresas, el nuevo El Dorado
Míéxico se sitúa ya entre los cinco mayores inversores en España. En la primera mitad del 2013 sus inversiones se elevaron a 212 millones de euros, solo por detrás de Francia, Alemania, Luxemburgo y el Reino Unido. Del verano hasta ahora el interíés de las empresas mexicanas ha ido en aumento. Desde agosto el grupo de transporte y logística ADO ha adquirido Avanza a Doughty Hanson por cerca de 800 millones de euros. Con esta operación toma el control del primer operador de transporte urbano de España y la segunda compañía de transporte de pasajeros por carretera del país.
Tambiíén Fibra Uno, un fondo institucional mexicano dedicado al alquiler de inmuebles adquirió hace unas semanas la compra de 278 oficinas de Banco Sabadell por 300 millones de euros (casi 400 millones de dólares). Notimex ha comunicado posibles operaciones futuras con la venta del 51% de los astilleros Barreras a Pemex.
En los planes de la petrolera mexicana tambiíén entra la adquisición del 51 por ciento de los astilleros gallegos Barreras para la construcción de dos hoteles flotantes en los astilleros gallegos de Barreras y Navantia. A travíés de su grupo de empresas PMI, Pemex firmó un acuerdo en septiembre de 2012 para la fabricación de dos hoteles flotantes en los astilleros de las rías de Ferrol y de Vigo por casi 300 millones de euros.
Hace dos años el grupo mexicano Bimbo adquirió Bimbo España a la estadounidense Sara Lee por 115 millones de euros. En los últimos dos años las inversiones latinoamericanas superan los tres mil millones de euros.