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Autor Tema: Economistas catalanes afines a CiU alertan de que la independencia serí­a  (Leído 78 veces)

Eguzki

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"Cataluña nacerí­a como Estado independiente en unas circunstancias dramáticas". Lo afirman sin rodeos tres economistas catalanes (Modest Guinjoan, Xavier Cuadras y Miquel Puig) muy cercanos a CiU y poco sospechosos de querer torpedear el sueño soberanista de Artur Mas. Su recomendación es que, para sortear los numerosos obstáculos que deberí­a afrontar una Cataluña separada de España, Mas debe tomar como "modelos de íéxito" a ocho paí­ses del centro y norte de Europa "de dimensión similar a Cataluña y que se encuentran entre los más prósperos del mundo": Austria, Bíélgica, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Holanda, Suecia y Suiza.

El paisaje económico de la Cataluña del dí­a siguiente a la proclamación de independencia es más que sombrí­o. Los gobernantes del nuevo Estado se encontrarí­an con "una tasa de paro extraordinariamente elevada, una economí­a muy castigada por la crisis, un modelo productivo caracterizado por la excesiva dependencia del turismo barato y la progresiva desindustrialización, una distribución de la renta muy desigual y un elevadí­simo endeudamiento público". ¿Serí­a viable una Cataluña que naciera con tan pesado lastre? Pese a todo, Guinjoan, Cuadras y Puig creen que sí­.
Los tres acaban de publicar Com í€ustria o Dinamarca. La Catalunya possible, cuyo tí­tulo parafrasea el discurso que Mas pronunció el pasado 30 de mayo ante los empresarios del Cí­rculo de Economí­a reunidos en Sitges: "Cataluña puede ser como Austria o como Dinamarca", afirmó entonces el presidente de la Generalitat. Los autores sostienen que Mas pretende mirarse en el espejo de esos paí­ses porque "encabezan de forma regular los í­ndices globales de competitividad económica y desarrollo humano, y son, en definitiva, sociedades muy competitivas y cohesionadas".

Dos de los tres economistas que han elaborado el estudio ocuparon altos cargos en la Generalitat. Guinjoan fue director del Centro de Innovación y Desarrollo (CIDEM) del Ejecutivo autonómico y es socio de la consultora Barcelona Economí­a; Puig fue director general de Industria y director de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, y Cuadras es director de la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra. Todos son doctores en Economí­a.

Paro y desigualdad

Los autores de La Catalunya possible advierten de que, más allá de las similitudes de superficie y población, Cataluña presenta dos claras desventajas con el grupo de paí­ses de referencia. Por un lado, un í­ndice de desempleo "espantosamente elevado" que roza el 25%, frente al 3,1% de Noruega, el 4,2% de Suiza o el 4,3% Austria. Y por otro, la brecha entre ricos y pobres: Cataluña tiene 5,3 puntos en la escala de quintiles S80/S20, que mide la desigualdad en la distribución de los ingresos tomando como referencia los del 20% de la población más rica y los del 20% de los hogares con menor renta. Noruega tiene un í­ndice de 3,3 y Finlandia de 3,7.
La riqueza de Cataluña en tíérminos de PIB por habitante es inferior a la de todos esos paí­ses, y lo mismo ocurre con la productividad, lo que, a juicio de los autores, demuestra que los recursos no se han "invertido adecuadamente". El Gobierno español "deberí­a haber invertido más y hacerlo en ferrocarriles de mercancí­as en vez de en trenes de alta velocidad para pasajeros. Y el sector privado, más en automatización de procesos industriales y en la innovación de productos para la exportación, y menos en segundas residencias y en hoteles y discotecas para dar cabida a más turistas".

Guinjoan, Puig y Cuadras sostienen que "la independencia no resolverí­a por sí­ sola" el desempleo, la desigualdad, el endeudamiento o la desindustrialización que asuelan Cataluña, pero "liberarí­a al paí­s del yugo del díéficit fiscal y le permitirí­a aplicar sus propias recetas de polí­tica económica". Calculan que el esfuerzo financiero que un nuevo Estado independiente deberí­a hacer para recortar distancias con sus modelos del centro y norte de Europa serí­a de 12.000 millones de euros anuales, equivalentes al 6% del PIB. "Esa es la cantidad de la que dispondrí­a Cataluña manteniendo la presión fiscal despuíés de haber hecho frente al coste de la deuda heredada" de España.