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Autor Tema: Colony y Calyon se oponen al desembarco de Villar Mir en el capital de Colonial  (Leído 131 veces)

Eguzki

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Colony y Calyon, accionistas de Colonial, se oponen a la entrada del constructor Juan Miguel Villar Mir en la inmobiliaria. De hecho, este rechazo está llevando la sociedad a una situación de bloqueo, según han confirmado fuentes financieras, ya que amenaza con paralizar el proceso de refinanciación de la deuda, que suma 2.000 millones. Los fondos pretenden evitar la dilución de su paquete, a la que se llegarí­a con la entrada del Grupo Villar Mir.

Colony y Calyon están agrupados en la instrumental Coral Partners, que controla el 19% de Colonial. Ellos prefieren la alternativa de vender total o parcialmente la filial francesa de Inmobiliaria Colonial, Sociíétíé Foncií¨re Lyonnais (SFL) y aprovechar estos ingresos para reducir la deuda. La otra posibilidad serí­a que Villar Mir, junto con otros socios, entrase con una ampliación de capital que superarí­a los 600 millones de euros y que precisamente se destinarí­an a amortizar críéditos. Este movimiento, sin embargo, reducirí­a el peso de los fondos.

Estos últimos están recabando apoyo de una parte de la banca internacional accionista de Colonial. Sin embargo, esta división de criterio corre el riesgo de llevar a Inmobiliaria al colapso, por su elevado pasivo y las píérdidas acumuladas del grupo, de casi 1.500 millones.

La forma de oponerse es con la amenaza de bloquear la refinanciación. Colonial tení­a avanzada la negociación de sus 2.000 millones de deuda, que vencen en noviembre de 2014. El problema es que si consiguen vender SFL, ni Villar Mir ni el resto de inversores que estudian la operación, como la familia colombiana Santo Domingo, estarí­an interesados.

Los fondos han preferido trasladar la batalla del capital a la deuda. Colonial vale en bolsa 289 millones de euros, pero debe 2.000. Así­ aliados con una parte de los banqueros internacionales cuentan con más fuerza a la hora de frenar la entrada de Villar Mir.

Goteo de dimisiones

Este pulso se está reflejando en el goteo de dimisiones en el consejo de administración de Inmobiliaria Colonial, donde en este momento todos los representantes del capital, a excepción de Críédit Agricole (19%), han cesado. Los últimos en salir han sido Alberto Ibáñez, representante de Royan Bank of Scotland (RBS), con el 20% de Colonial; y tambiíén Alain Chetrit, miembro del consejo de Colony y que en Colonial representaba a Coral Partners.
Carles Gramunt, consejero por La Caixa en Colonial (5,8%), tambiíén dimitió, pero lo hizo en el mes de julio. En agosto se marchó Josíé Marí­a Sagardoy, que hablaba por el Banco Popular (4,9%). Otras entidades como Commerzbank han optado por dejar el capital, directamente, sin subterfugios, y han vendido el 6,4% de la inmobiliaria.

No todas las dimisiones se deben a la entrada de Villar Mir. Pero estas salidas reflejan una cosa: los bancos y los fondos prefieren alejarse del consejo de administración para tener las manos libres sea lo que sea lo que pase con Colonial. Ante la incertidumbre, no quieren estar coartados por las restricciones legales a las que obliga la información, a las que accederí­an si se mantuviesen en el órgano de gobierno de la inmobiliaria, Así­, podrán defender sus intereses con un mayor margen de maniobra.

En manos de los independientes

En esta encrucijada, los bancos prefieren defender cada uno su posición como acreedores y no como accionistas. Pero eso perjudica primero a Villar Mir, porque no tiene deuda de Colonial. Y despuíés a la propia Colonial, porque cada uno de estos intereses contrapuestos acaba perjudicando a la compañí­a, que podrí­a acabar como Realia, troceada para pagar su deuda.

Con el capital fuera del consejo, el control de la compañí­a lo tienen los independientes, liderados por Juan Josíé Bruguera, el presidente de Colonial. La decisión se tomará en función de dos variables: el precio y la continuidad de la empresa. Pero esta última está amenazada si no se pueden refinanciar los 2.000 millones. El encaje de las piezas hoy por hoy parece muy difí­cil. Colonial perdió 369 millones de euros hasta el tercer trimestre del año, básicamente por los ajustes contables derivados de su filial de suelo Asentia.