El AVE de los peregrinos, como se conoce al tren que unirá las ciudades de Medina y La Meca que construye un consorcio de empresas españolas, está dando más dolores de cabeza de los previstos. La preocupación por los retrasos y las profundas diferencias entre los socios nacionales han llevado a Arabia Saudí a pedir una reunión urgente con el Gobierno de Mariano Rajoy para enderezar la mayor obra de empresas españolas en el exterior.
Según han confirmado distintas fuentes, el ministro de Transportes de Arabia Saudí, Jubarah bin Eid Al-Suraiseri, ha solicitado entrevistarse con Ana Pastor, la ministra de Fomento, para reconducir el proyecto que fue vendido como el triunfo de la Marca España en el extranjero. Una amplía delegación del país árabe ha venido de avanzadilla esta semana a Madrid para preparar el encuentro con el fin de facilitar las negociaciones. La cita, a falta de concretar los detalles, está prevista para el próximo 17 de diciembre.
Arabia Saudí está muy inquieta por la demora en el desarrollo de la primera fase de la obra, de la que no se encarga el consorcio español, sino una joint venture entre China y Francia, representadas por China Railway Construction Corporation y Alstom, junto con una empresa local. Pero los retrasos se estiman ya en más de dos años sobre el calendario inicial, por lo que antes o despuíés afectará a los trabajos encargados a Ineco, OHL, Copasa, ACS e Indra.
Por este motivo, el responsable de transportes del ríégimen monárquico quiere hablar con las autoridades españolas para saber si las empresas nacionales pueden ayudar a minimizar la demora. Especialmente porque el contrato contiene unas serie de cláusulas por las que el consorcio presidido por Pablo Vázquez puede exigir importantes compensaciones económicas.
Sin embargo, Jubarah bin Eid Al-Suraiseri se ha encontrado con el problema adicional de las graves divergencias que han aflorado entre Ineco, la compañía pública de ingeniería, y las privadas. El malestar de la multinacional presidida por Juan Miguel Villar Mir es tal que ha amenazado con solicitar un arbitraje por supuestos cobros no percibidos en las primeras fases de sus trabajos.
Otras fuentes sostienen que la visita del ministro de Transportes de Arabia Saudí se enmarca dentro de la normalidad de un proyecto que supera los 6.700 millones de euros. De hecho, el responsable de infraestructuras del país árabe ya estuvo en Madrid el pasado mes de septiembre para reunirse con los directivos de algunas de las quince empresas españolas y con Ana Pastor. Con su homóloga visitó las instalaciones de Talgo en Las Matas (Madrid), el fabricante de trenes que suministrará los AVE que circularán por los 450 kilómetros entre Medina y La Meca.
Antes, el pasado mes de mayo, el viaje fue a la inversa: el presidente del consorcio y de la ingeniera pública Ineco, Pablo Vázquez, el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, el de Adif, Gonzalo Ferríé y varios representantes de OHL, Cobra e Indra tuvieron que ir a Riad con urgencia para intentar solventar los primeros problemas tíécnicos que se descubrieron en primavera, unos escollos que, en lugar de solucionarse, parecen agrandarse.
