Por... Leovani Garcia Olivarez
El ministro brasileño de Defensa, Celso Amorim, anunció la decisión del Gobierno de comprar a la compañía sueca Saab 36 aviones caza Gripen NG para modernizar su flota.
Tras un análisis de todos los hechos, la presidenta Dilma Rousseff me encargó informar que el vencedor del certamen para la adquisición de 36 cazas para la Fuerza Aíérea brasileña es el avión sueco Gripen NG, resaltó Amorim en rueda de prensa.
Acompañado del comandante de la Aeronáutica, brigadier Juniti Saito, el titular comunicó el resultado final de una licitación, en la cual participaron además los Rafale de la empresa francesa Dassault y los FA-118 Súper Hornet de la estadounidense Boeing.
Se trató de un largo periodo de casi 10 años para adoptar una decisión de este tipo, donde Brasil tuvo en cuenta la transferencia de tecnología y precios.
Durante el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) la balanza se inclinó hacia los franceses y hasta hubo anuncio en 2009 por parte del entonces presidente galo, Nicolás Sarkozy, de que el negocio estaba cerrado.
Sin embargo, las autoridades militares brasileñas rechazaron la oferta y señalaron que no fueron consultadas sobre ese acuerdo.
Con la llegada en 2011 de Rousseff a la presidencia esta propuesta fue desestimada debido a su alto costo, ascendente a unos ocho mil millones de dólares.
Posteriormente, la administración federal propuso optar por los FA-118, debido a la propuesta comercial más atractiva, de siete mil 500 millones de dólares, pero el escándalo de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos echó abajo todo lo avanzado.
El Gripen NG fue declarado entonces como favorito y el valor del paquete de 36 aeronaves asciende a seis mil millones de dólares, aunque -según autoridades brasileñas- podría bajar unos mil millones.
Este avión forma parte de las fuerzas aíérea checa, húngara, sudafricana, suiza y tailandesa