Heinrich Boll, premio Nobel de Literatura, si no me equivoco en 1972, escribió un cuento realmente con mucha moraleja titulado "Aníécdota para socavar la moral del trabajo". En dicha obra cuenta que como ahora estarán haciendo muchos de ustedes queridos lectores de vacaciones un turista, seguramente un ejecutivo, va por una playa que se conserva en estado puro, apenas contaminada por construcciones y masificación, una cala apartada del mundo. En el paseo encuentra a un pescador tumbado al lado de su barca en la arena. El turista no puede resistir la curiosidad y le pregunta que que hace ahí tumbado en lugar de estar pescando a lo que el pescador le dice que hoy ya ha tenido buena pesca, por lo tanto ya ha ganado bastante dinero y así que ahora se limita a descansar. Pero el turista que lo ve todo con su mentalidad de la gran ciudad empieza a decirle que debería trabajar más porque debería tener en cuenta que habrá días en que pescará menos o incluso nada y que le puede sobrevenir algún problema. Pero el pescador le explica que el es perro viejo en el oficio y que no se preocupe que siempre termina pescando algo.
El turista cree que el pescador es una especie de indígena atrasado y se ve en la obligación de abrirle los ojos y empieza a hacerle un plan. Resulta que le aconseja que trabaje todas las horas que pueda, que sólo pare para dormir, con lo cual pescará más y así tendrá más dinero que invertirá en un nuevo barco y así sucesivamente le va planteando el sueño típico de tantos ejecutivos y al final ya le habla hasta de una flotilla aerotransportada que llevará su pescado a otros países poco a poco. Pero el pescador harto de escucharle termina por decirle que parara ya y que le diga por quíé debería hacer todo eso y vivir de esa manera tran ajetreada y sin descansar, a lo que el turista le contesta que cuando consiga eso tendrá el suficiente dinero para cumplir todos sus caprichos y deseos. El pescador mira al turista entonces fíjamente y tras una pausa le contesta: Perfecto, entonces no tengo que molestarme porque ahora mismo ya lo tengo.
Quíé duda cabe que visto como está el mercado bursátil, el que más gana es el se ha olvidado de la bolsa desde hace tiempo y tiene invertido su dinero en otras cosas, y se limita a descansar del mercado sin ambicionar nada más, porque no está el horno para bollos.