A la renta variable española le cuesta levantarse tras el mazazo recibido en la última sesión por el señor Trichet. El Ibex 35 baja un 2,42 por ciento y deja atrás no sólo los 11.400 puntos, tambiíén los 14.300. Se coloca el selectivo en los 11.205 puntos. La decepción sufrida por la renta variable tras la constatación por parte del BCE de que seguirá priorizando la lucha contra la inflación pese al reconocimiento del deterioro de la economía pesa sobre el ánimo de los inversores. Y la fuerte corriente vendedora sufrida anoche por Wall Street y esta madrugada por el Nikkei japoníés tambiíén. A todo esto, unir la rebaja de precio objetivo a toda la banca española por parte de Deutsche Bank, con lo que tenemos el cóctel perfecto para ceder terreno, en un día en el que el euro prosigue a la baja –su cambio con el billete verse se coloca en las 1,43 unidades-. Ni siquiera el continuado descenso del precio del petróleo actúa de bálsamo: el futuro del crudo ligero estadounidense se paga en la apertura a 107,58 dólares. El resto de plazas europeas tambiíén ceden terreno, pero de forma más moderada.
No llega la reacción tras al efecto “demoledor†de las palabras del presidente del BCE, Jean Claude Trichet, en la última sesión. Descartó tácitamente un recorte del precio del dinero en el corto plazo, a pesar de revisar a la baja las previsiones de crecimiento en la Zona Euro para 2008 y 2009, y las bolsas no disimularon su decepción. La ola generalizada de ventas propiciado por el mensaje de Trichet se extendió a EE.UU, donde hoy se espera como agua de mayo el dato de paro del mes de agosto. Y las previsiones no son optimistas, sobre todo, tras conocerse en la última sesión que las solicitudes semanales de beneficios por desempleo aumentaron sorpresivamente la semana pasada y que el número de estadounidenses sin empleo alcanzó su nivel más alto en cinco años. Junto a ello, el descenso de las materias primas se interpreta por el lado negativo y, según los analistas, el mercado teme ahora una perspectiva deflacionaria y que es muy, muy negativa para el mercado bursátil. Así las cosas y a falta de algún catalizador, no podemos ver otra cosa en la apertura que ventas. Más cuando el único dato macro que conocemos esta mañana, la producción industrial, desciende un 4,4 por ciento interanual en julio en datos desestacionalizados.
Puntilla de DB al sector bancario
Tan sólo Grifols escapa a la corriente vendedora que toma las riendas de un Ibex 35 que agranda sus retrocesos a medida que transcurre la sesión. El fabricante de hemoderivados suma un 0,25 por ciento. Una oleada de ventas que llega de la mano del sector bancario, tras recibir un fuerte varapalo de mano de Deutsche Bank. En una nota sobre el sector, el banco alemán dice que ha reducido en una media de un 12 por ciento el precio objetivo de los grandes bancos y en un 27 por ciento el de los enfocados al mercado domíéstico, debido a rebajas en sus previsiones y valoración. Así, sitúa el precio objetivo de Banesto en los 8,7 euros, el del Popular en los 6, en los 4,3 el del Sabadell y en los 3,7 y 4,4 euros respectivamente el de Bankinter y Banco Pastor. Y el reflejo en bolsa no se hace esperar: Bankinter es el más castigado, al dejarse un 4,7 por ciento para liderar los descensos del selectivo en la apertura, seguido por Popular (abajo un 3,82 por ciento) y por Banesto, que se deja un 3,10 por ciento. El caso de los dos grandes bancos es diferente en cuanto a valoración por parte de la entidad alemana, pero tambiíén sufren en bolsa. Para el Santander mantiene su consejo de comprar y de mantener para el BBVA, pero ajusta los precios objetivos de ambos a la baja hasta los 14 y 15 euros, respectivamente. Conclusión: en bolsa la entidad presidida por Emilio Botín se deja un 3,5 por ciento y un 1,75 por ciento el BBVA.
Junto a los dos grandes bancos, cede terreno en la apertura Telefónica, un 0,77 por ciento y un 2,21 por ciento Repsol, mientras que Iberdrola que, según se publica, pisará el acelerador en la compra de Energy East para integrar en su balance las cuentas de la compañía ya en el cuarto trimestre, pierde un 4,02 por ciento.
En el mercado continuo, los descensos se ceban con Reyal Urbis, con descensos superiores al 7 por ciento, mientras que Jaztell cede un 5,5 por ciento. Discretas son las caídas que sufre Prosegur, del 0,12 por ciento, despuíés de que la compañía de seguridad haya recibido una mejora de mantener a comprar en la recomendación de Deutsche Bank, que ha aumentado su precio objetivo de 31,9 a 32,6 euros. Por su parte, Sos Cuíétara, que estudia vender el negocio de galletas y de determinadas marcas regionales en poder del grupo baja un 2,2 por ciento. Entre los candidatos a comprarlas se sitúan Panrico y United Biscuits –empresas controladas por las firmas de capital riesgo Apax Partners, PAI Partners y Blackstone, se encuentran entre los candidatos. Por el lado de las alzas, en cambio, las más abultadas son para Víértice 360º,que se dispara más de un 5 por ciento, mientras que Almirall, reacciona al desplome sufrido en las últimas jornadas con un alza del 4,5 por ciento, a pesar de que hoy ha sido Citigroup quien ha rebajado su recomendación sobre las acciones de la compañía de mantener a vender.
El resto de plazas europeas se repite el mal tono en la apertura de la sesión. Las ventas más acusadas las sufre en Cac 40 de París, al retroceder un 0,85 por ciento. En este mercado, atención a EFD, porque según Financial Times podría estar a punto de cerrar un acuerdo para la compra de British Energy. La francesa, que fue rechazada por los accionistas de la británica el pasado mes de julio, podría aumentar su oferta. Según recoge el diario citando fuentes cercanas a la operación, las negociaciones con los accionistas están todavía en “progreso†aunque no se descarta que puedan fallar. Los retrocesos son del 0,9 por ciento para el Eurostoxx 50 y para el Dax Xetra del mercado germano, donde la Deutsche Boerse se deja más del 2 por ciento y del 50 por ciento en lo que llevamos de ejercicio. Por lo que toca a Londres, el FT100 se deja un 0,75 por ciento.